Ceremonias
Aquellas coronaciones
Con el acto ceremonial que confirmó a Stephanie Mendoza como reina del Carnaval vienen a mi memoria aquellos años 50 y 60, en donde este acto siempre revistió toda una muestra de acatamiento a los valores que distinguieron a los barranquilleros.
La ceremonia, que se llevaba a cabo en el Estadio Municipal con la presencia de un inmenso publico, era presidido por las más altas autoridades del Gobierno, con la reina que lucía un ajustado y bellísimo vestido blanco. La Orquesta Filarmónica de Barranquilla, dirigida por el maestro Pedro Biava, amenizaba el acto interpretando la hermosísima Marcha de la coronación, de la ópera El profeta, de Giacomo Meyerbeer.
Coronada la reina, un discurso pronunciado por el señor alcalde, que rememoraba el pasado de las fiestas en la antigua Grecia, cerraba el acto. La reina se dirigía al pueblo asistente con unas breves palabras.
Terminada la ceremonia la soberana, las autoridades y toda la comitiva real se dirigían a una de las sedes sociales de entidades como el Hotel del Prado o el Country Club, donde una famosa orquesta amenizaba la fiesta que se prolongaba hasta el amanecer. Asi eran aquellas coronaciones.
Jose Portaccio Fontalvo
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