Consciente de la necesidad de ahorrar agua y acogiendo la sugerencia ministerial de darnos solo una “Ducha exprés”, de máximo 30 segundos, una vez leí la noticia en EL HERALDO me dirigí al Centro y me compré una “paila” (reloj despertador grande, “de cuerda”; que nó de pilas) y la instalé en el baño, poniéndola a sonar a los 30 segundos. No alcancé a enjabonarme todo el cuerpo cuando sonó la alarma, y por disciplina, cerré la llave y quedé cubierto de jabón, lo cuál me produjo una urticaria y una rasquiñita que aún no me he podido quitar. Por ello considero que la medida es inviable, porque en 30 segundos, nadie se baña. Dado esto, pienso que aquí en la Costa, donde todos nos bañamos diariamente, viviríamos con una rasquiñita permanente. En cambio, en Bogotá, donde la mayoría de los cachacos, según las estadísticas, por el frío, solo se bañan una vez a la semana, acumularían segundos y se darían tremendo baño semanal, retozando como peces en el agua, mientras nosotros, que “agua es lo que tenemos” sufriríamos de calor. ¡Que injusticia! Otra de las tantas medidas discriminatorias contra La Costa. Por lo tanto, deben exigirles baño diario a los cachacos, aunque se traumaticen, pues: “todos en la cama o todos en el suelo” y aunque les dé la rasquiñita. Y ahí si van a sufrir, porque, rascarse, con tanto ropaje que llevan encima, les va a costar trabajo. La verdadera intención de los legisladores con esta medida, es la de generar nuevos empleos, pues surgirán los “rascadores” de oficio. Ya veo a los “rolos” en los cócteles, haciéndose rascar por debajo del abrigo, el saco, la camisa y la franela de lana, con una de esos manitos rascadoras plásticas, que tienen un mango y un calzador en la otra punta. Será la venganza de la Costa.
Antonioacelia32@hotmail.com