Mientras el mundo corre desaforado hacia lo urbano y el país tiene pretensiones cada vez más citadinas, un veterano y campechano periodista lucha a brazo partido para que la audiencia vea en televisión lo que pasa en el campo. A la vez muestra y abre espacios para mucha de la gente que participa en la vida económica nacional.
Esto ocurre precisamente cuando decenas de magazines y programas intentan conquistar públicos a punta de informaciones frívolas, de videos musicales, de chismes y de historias baladíes con presentadoras retocadas en todas partes menos en el cerebro. Son ejércitos de comunicadores sin vocación que lograron traspasar la frontera del grado profesional arrastrando su desnivel hasta la toga y el birrete y llevándola después a las cámaras y a los micrófonos con una inevitable y lamentable pauperización de la profesión.
En cambio, este veterano y campechano periodista que se llama Octavio Vargas Gómez mete literalmente los pies en el barro. Y aunque se formó en las aulas de la Universidad de Antioquia, su verdadera y mejor escuela está en las veredas, en los corregimientos, en las ferias, en los encuentros de quienes cultivan el campo y desarrollan actividades agrícolas y ganaderas, y sobre todo en la gente. La gente del campo.
Auténtico y con perfecto manejo de los dos universos, el urbano y el rural, Octavio Vargas, o el Reportero del Campo, como se le conoce, acostumbra soltar un original y estentóreo saludo cuando a lo lejos ve una cara amiga: “un abrazo agropecuario”.
Fue Octavio, nacido en Monterrubio, departamento del Magdalena, quien abrió hace 28 años un espacio que en realidad es una ventana a los agricultores, ganaderos y trabajadores de las zonas rurales de la Región Caribe. Ese espacio, que es emitido por la ventana mágica que es la televisión, se llama El Reportero del Campo y se puede ver por el Canal Regional Telecaribe cada domingo en la mañana.
Esa vocación de lo agrario y del servicio no lo recoge del suelo. Su origen rural, con tradición ganadera y un gusto desarrollado hacia todo lo relacionado con el campo, le inyectaron a Octavio desde niño el interés por lo que pasa en ese sector.
Se inició en la vida profesional hace más de 45 años cuando creó un espacio en Radio Libertad llamado “Por los caminos de la Costa”. Fueron épocas de recorrido por todos los rincones de la región mediante un trabajo social que le dio el mayor y mejor conocimiento de la gente y de las necesidades del sector.
Con un éxito reconocido, el programa radial cambió el nombre por el de El Reportero del Campo, primero en radio y luego en televisión en 1988, en el recién creado Telecaribe, a donde lo invitaron el entonces gerente del Canal José Jorge Dangond y el empresario José María Herrera.
No le faltan reconocimientos en toda la Costa Caribe, desde las veredas más chicas hasta las encumbradas gobernaciones y entidades gremiales. Todas merecidas por su trabajo constante y sin desfallecer, y por su periodismo auténtico y campechano que ha logrado un envidiable nicho periodístico. En hora buena, Octavio. Un abrazo agropecuario.
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