Este es un grafiti que se lee camino al aeropuerto de Barranquilla. Quizá esta es una de esas metas compartidas por todos, o por lo menos una buena mayoría, ser felices. ¿Habrá alguna fórmula secreta para adquirir felicidad?
La psicología positiva es la ciencia que estudia la felicidad y como tal sostiene que no solo es posible generar cada día más felicidad. La felicidad es como un músculo que se ejercita de manera activa y voluntaria, de acuerdo a nuestra manera de percibir nuestras vidas y según como actuamos.
La necesidad de ser felices es común a todos como seres humanos, pero aquello que la hace diferente entre unos y otros es cómo nos imaginamos esa felicidad. Tenemos diferentes ideas de aquello que podría hacernos felices, para algunos es una nueva oportunidad, para otros es adquirir ciertas cosas, otros requieren de posición, poder y estatus. Cada quien tiene su propia fantasía de aquello que lo haría feliz.
Esta característica nos ilustra por qué algunos que parecieran tenerlo todo para ser muy felices no lo son, y otros que podríamos pensar tienen muy poco, sí se ven felices, y esto se debe a la capacidad de sentir agradecimiento. Resulta que la felicidad está estrechamente vinculada con la capacidad de ser agradecidos.
Cuando recibimos experiencias valiosas para cada uno de nosotros y nos son entregadas de manera expresa nos sentimos felices. Si estas experiencias las valoramos lo suficiente para agradecer por ellas, la experiencia de felicidad aumentará ya que segregaremos oxitocina, que es la hormona del bienestar, esta es la generadora principal de felicidad que habita nuestro cerebro.
Pero el agradecimiento no debe estar supeditado solo a esos momentos especiales cuando recibimos aquello que es valioso, todo momento y todo suceso es un motivo de agradecimiento, la vida misma es suficiente para sentirnos agradecidos, nuestras familias, nuestros amigos, el trabajo, las oportunidades, todo aquello que nos rodea son regalos generadores de agradecimiento y por ende de felicidad.
Existir aquí y ahora es suficiente oportunidad importante para sentirnos agradecidos.
Mi invitación final es a comenzar a ejercitar el agradecimiento, agradecer por todo cuanto nos rodea y nos acompaña, comenzar a ejercitar el músculo de la felicidad y así cuando no sepamos qué ponernos poder ponernos felices.
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