“Le mieux est l'ennemi du bien”. Voltaire, Francois Marie Arouet(París, 21 de noviembre de 1694-Ibídem, 30 de mayo de 1778), más conocido como Voltaire, fue escritor, historiador, filósofo y abogado francés que figura como uno de los principales representantes de la ‘Ilustración’, un período que enfatizó el poder de la razón humana, de la ciencia y el respeto hacia la humanidad. En 1746 Voltaire fue elegido miembro de la Academia francesa en la que ocupó el asiento número 33.

A lo ‘mejor es enemigo de lo bueno’ se le conoce como la Falacia del Nirvana, que es el error lógico de comparar cosas reales con cosas irreales o alternativas idealizadas. Que también puede referirse a la tendencia de suponer que existe una solución perfecta a un problema particular. Al crear una falsa dicotomía que presenta una opción que es evidentemente ventajosa, mientras que al mismo tiempo ser completamente inverosímiles a una persona usando la falacia del Nirvana puede atacar cualquier idea contraria, porque es imperfecta. La elección no es entre soluciones del mundo real y utopía, es más bien, una elección entre una posibilidad realista y otra que es simplemente mejor.

En resumen ‘lo mejor es enemigo de lo bueno’, se entiende como que al pretender la excelencia, suele dejarse de lado la eficiencia.

La elucubración anterior, ante el proceso de los diálogos de paz en la Habana, entre el gobierno del estadista internacional Presidente de Colombia, doctor Juan Manuel Santos y los insurgentes. Diálogos que están a tan sólo tres puntos de la agenda para lograr el acuerdo pertinente, para luego llevarlo a la refrendación de los ciudadanos colombianos.

Los puntos faltantes: Reparación a las víctimas; terminación del conflicto armado, incluyendo dejación de armas; y post conflicto, incluyendo justicia transicional y no repetición de actos de violencia contra las personas inermes y no transgredir más, por ningún motivo, el DIH, el Derecho Internacional Humanitario.

En este estado de cosas, el grupo insurgente Farc, a través de uno de sus negociadores en la Habana, en rueda de prensa leyó un comunicado. El negociador en mención, ‘Pablo Catatumbo’, Jesús Santrich expresó:

‘Manifestamos la voluntad de asumir responsabilidades, así como demandamos el reconocimiento de responsabilidades por parte de los múltiples actores responsables´.
Según los insurrectos: jamás habrá “pactos del silencio y del olvido” como el del Frente Nacional, o el del acuerdo del gobierno de Álvaro Uribe con los paramilitares.

Y tal grupo de insurgentes le otorgó a las víctimas el “imperativo” de que exista un Fondo Especial para la Reparación Integral. Éste requeriría de un “esfuerzo fiscal sin precedentes” para financiar los daños materiales de las víctimas por lo menos durante una década.

Asimismo, las Farc han declarado que ellos no creen que el Acuerdo definitivo de paz se dé en lo que resta del año 2014.

Es entonces que, al evidenciarse que las posiciones de los insurgentes han venido disminuyendo en su acostumbrada radicalización de inamovibles; es decir están por fin, entrando en razón, flexibilizando su obtuso proceder, es cuando podemos aplicar lo de Voltaire o falacia de Nirvana, en cuanto a no estar buscando el perfeccionismo o idealización que exigen los de la extrema derecha. Así que, tengamos presente los colombianos que si el año 2014 no da para el tener ‘acordado todo lo acordado’ de una forma eficiente, y como “El que espera lo mucho(50 años), espera lo poco” pues démonos ese compás de espera porque:

Lo mejor es enemigo de lo bueno, la excelencia dejémosla, en este caso específico, para los teóricos de la justicia transicional, que quieren poner palos a las ruedas del fallo de la Corte Constitucional al respecto.

Raúl Arzuza Cuesta
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