Si Brasil pensaba que eliminada Uruguay tenía el camino expedito para llegar a las semifinales, que vaya bajándose de esa nube. Son los pentacampeones del mundo, juegan en su casa, sus jugadores tienen una alta cotización y son figuras del fútbol internacional, pero han dado muestras de no ser invencibles.
Contra Chile volvieron a dejar serias dudas y solo pudieron superar este escollo por la vía de los penales. Esas mismas dudas las habían dejado ante México (empate sin goles) y aún ganando, como ante Croacia y Camerún.
Brasil no es el equipo avasallador de otros mundiales ni con jugadores deslumbrantes en todas sus líneas. Como todos los rivales merece respeto, pero no es para tenerle miedo. Las diferencias entre Brasil y Colombia se acortaron hace rato. De hecho, en las eliminatorias para los mundiales de 2006 y 2010, nuestra selección le sacó sendos empates en Maceió y en el Maracaná. Y en un partido amistoso en 2012, en Estados Unidos, empataron 1-1.
El equipo de Scolari depende mucho de lo que pueda hacer Neymar, quien en este Mundial le ha resuelto bastantes problemas. Es el jugador diferente, sobre quien recae el peso ofensivo de la canarinha. Cuando Neymar está nublado, Brasil no encuentra la ruta. Cuando aparece llegan los goles y ya lleva cuatro en este campeonato.
Colombia, en cambio, tiene más estructura de equipo. Además, cuenta con un James Rodríguez en un momento excepcional, asumiendo con personalidad la batuta de la Selección. A su virtuosismo futbolístico le ha agregado goles en momentos clave de los partidos. Es, para muchos, el mejor jugador del Mundial.
Brasil y Colombia nunca antes se habían enfrentado en un Mundial y qué momento y qué instancia escogieron para verse las caras. Es un juego que promete muchas emociones y hasta podría llegar a ser uno de los mejores del Mundial, dada la calidad de jugadores que hay en ambos bandos.
El hambre de gloria que tiene la Selección Colombia, dicho por los propios jugadores, es infinito. El equipo no le comió cuento a Uruguay de que venía herido por la sanción a Luis Suárez, ni a las palabras de Tabárez de que ayer iban a jugar con rebeldía. Colombia fue superior de principio y eso lo reconocieron los mismos uruguayos, que se vieron impotentes ante el despliegue futbolístico de los dirigidos por Pékerman.
Si algunos tildaron el juego ante Uruguay como el más importante en la historia del fútbol, imagínense el significado que tendrá el partido ante Brasil en Fortaleza. Soñar no cuesta nada y esta Selección nos ha enseñado a soñar. Pocos creían que llegaría hasta donde ha llegado. Hubo quienes creían que la devolvían en la primera ronda. Pero sigue aquí, en Brasil, con muchas ganas de seguir haciendo historia.