Se le cruzaron los evangelios...
El secretario de Cultura del Distrito, Afif Simán Slebi, leyó el Evangelio equivocado en la eucaristía celebrada en la iglesia de San Nicolás, con motivo del cumpleaños 201 de Barranquilla. La situación no pasó inadvertida, puesto que monseñor Jairo Jaramillo, arzobispo de Barranquilla, se percató de lo sucedido y, al oído, le habló a Simán y le ayudó a buscar la lectura correspondiente. Cuentan en El palique de la plaza que muchos de sus compañeros de gabinete se preguntaban qué le pasó a ‘Afi’, como cariñosamente le llaman, pues desde temprano recibió las instrucciones del caso.
Arepas para todo el mundo...
No solo fueron los helados que brindó en un centro comercial de Barranquilla durante su campaña al Congreso. El senador electo Álvaro Uribe ha demostrado con creces en sus visitas a esta ciudad lo generoso que es, pues el brindis suele correr por cuenta de él. Ayer en Baranoa hizo el gasto de los chicharrones, y por la tarde compró arepas de huevo en Luruaco, para todo su equipo. ¡Buen punto!
En busca de los caramelos del mundial
El gerente de la campaña reeleccionista del presidente Santos, Roberto Prieto, aprovechó la visita que hizo el viernes al Paseo Bolívar, en compañía de la primera dama, para darse una escapadita de unos 10 minutos y comprar no solo la cartilla del Mundial, sino también los caramelos –figuritas o monitas, como también les llaman– para empezar a llenarla. Cuando se le preguntó por qué estaba tan atrasado en esa ‘tarea’ sagrada para los fanáticos del fútbol dijo que “la campaña no da espacio para dedicarnos a nuestros pasatiempos”. Ese día invirtió $20 mil en caramelitos, pero prometió llenarla en menos de lo que canta un gallo.
No aguantó la tentación...
La senadora de la Alianza Verde Claudia López estuvo en Riohacha, donde asistió al acto de inscripción de uno de los candidatos a la Gobernación, y antes de entrar a la Registraduría se dejó atrapar por el tentador aroma del pan recién horneado de una panadería cercana, por lo que pidió que la llevaran a comerse uno. Los escoltas y policías que la custodian fueron con ella hasta el local, donde luego de echarle un vistazo al surtido escogió uno relleno con dulce y lo devoró.