Cómo estarán de aburridos los electores, y cómo serán de malos los candidatos y precandidatos presidenciales que, según una encuesta de Datexco recientemente publicada, la intención del voto en blanco supera el treinta por ciento, y los indecisos pasan del catorce, lo que hoy significaría que al cuarenta y cinco por ciento de quienes piensan votar nadie les mueve la aguja.
Aunque por ahora el interés de la contienda electoral se centra en el debate para Senado y Cámara, en el rollo presidencial no deja de llamar la atención que, pese a que el presidente anda en permanente aunque disfrazada campaña reeleccionista, y que los candidatos oficiales y no oficiales no pueden aún adelantar abierta campaña, que parecen estar escondidos, o mudos, nada que Santos alcanza siquiera el veinticinco por ciento de la intención de voto, siendo superado no solo por el voto en blanco, sino por la sumatoria de los otros candidatos, en caso de que se diera un “toconsán”, todos contra Santos, evento improbable porque en una segunda vuelta los apoyos se encarecen, la mermelada se multiplicaría, y ya sabemos lo apetecida y efectiva que es, cosa que no parecen recordar los goditos de la vieja guardia, que una disidencia apoyando en segunda vuelta es mucho más apreciada que en primera, pero insisten en evidenciar sus propios intereses yendo en contravía de las bases, y tal como se esperaba impugnaron la convención y tratarán de imponer su posición ignorando también que con ello reforzarán al candidato de Uribe. De pronto hasta esa es su segunda intención. Es que en política nada es como parece, y dos más dos no son cuatro.
Pero vayamos al Congreso, aunque aún falte un mes. En alguna época se decía que en el Atlántico hasta las piedras eran liberales, así sería la barrida que le pegaban a los godos. Hoy otro gallo canta y, liberales lo que se dice liberales, pocón, pocón. No solo porque el antiguo liberalismo se dividió entre tres y por razones de particulares intereses y exagerados egos dio origen a La U y a Cambio Radical, sino porque los goditos aplicaron la multiplicación de panes y peces, y hoy sacan la mayor votación. Pese a que el Senado se elige por circunscripción nacional, y algunos ni se sabe de dónde son o a cuál región apoyan, el conservatismo del Atlántico asegurará tres curules de criollos propios: las dos de siempre, los ya tradicionales Gerlein y Cepeda, y la del aguerrido joven Laureano Acuña, quien desde las bases populares azules viene empujando duro y pisando fuerte. La suma de las tres votaciones dejará regados a los otros partidos.
En la Cámara será igual, circunscripción departamental donde aquí los godos sacarán la mayor votación, y fijo elegirán tres representantes, con el ítem que le han abierto espacios a la mujer, el nunca bien reconocido género femenino en el cual los azules comandan con candidata presidencial. Nada de raro tendría que de pronto los godos elijan sus cuatro candidatos, entre ellos tres mujeres. Ojalá.
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