Basada en las memorias de la vida de Jordan Belfort publicadas en 2007 y con libreto de Terence Winter (Los Soprano), El Lobo de Wall Street es una oscura comedia que relata los sucesos en la vida de este astuto corredor de bolsa, quien logra acumular fortunas inimaginables a muy temprana edad estafando clientes con el mayor descaro posible.

La inyección de adrenalina que le administra Martin Scorcese dirigiendo por quinta vez a Leonardo DiCaprio en el papel protagónico, provoca un carrusel de sucesos a veces repetitivos y cada vez mas grotescos pero que mantienen al espectador en vilo durante las casi tres horas que dura la cinta; y es posible que el tiempo de sometimiento a tales vejámenes sean parte integral de la exageración que trata de exponer.

En forma secuencial la historia sigue el milagroso ascenso de Belfort quien se inicia como pequeño agente de bolsa operando desde un insignificante establecimiento comercial hacia finales de los años 80 hasta convertirse en gran magnate dueño de lujosas mansiones, carros deportivos, un espectacular yate y un helicóptero, para no hablar de las mujeres, quienes se convierten en una posesión más, víctimas y a la vez cómplices de la exuberancia, la codicia y la adicción. Este tema, que ha dado tanta discusión, merece capítulo aparte.

El ritmo desenfrenado de la película se inicia magistralmente con un tutorial por parte de Mark Hanna (Matthew McConaughey) quien en una especie de ceremonial con golpes de pecho instruye a Belfort sobre los principios filosóficos que rigen el mundo de las finanzas. Esta escena, que bien podría quedar sentada en los anales de los clásicos del cine, es la mas alucinante de la película.

Las enseñanzas de Hanna parecen tener efecto inmediato, y Belfort se hace rodear de secuaces liderados por Donnie Azoff (el también excelente Jonah Hill), quienes obnubilados por su carisma y poder de convicción, aprenden muy pronto el arte del chantaje y el enriquecimiento ilícito. El flujo de dinero se produce mas rápido de lo que estos rufianes pueden absorber y se desata una bacanal donde la droga toma papel protagónico. El FBI no tarda en percatarse de lo que sucede, y uno de los agentes, Patrick Denham (Kyle Chandler) se da a la caza del magnate.

Como toda recreación de excesos, las opiniones son controversiales. ¿Se está criticando o se está haciendo una apología del delito y la inmoralidad? La avaricia, ¿es o no es buena? Al igual que Quentin Tarrantino satirizando la violencia, Scorcese entra en un terreno de mucha vigencia no solo en el campo de los negocios sino también en la política.

Tan divertida como grotesca y tan fascinante como repugnante, esta farsa de humor negro ha sido considerada por muchos críticos como uno de los más grandes logros de Scorcese. Ha recibido cuatro nominaciones para los premios Óscar, y Di Caprio obtuvo recientemente el globo de oro como mejor actor.