Una crisis que venía incubándose en Cartagena desde hace varios lustros afloró a raíz de la enfermedad del alcalde que eligieron los cartageneros en el año 2011 ,el afamado y exitoso locutor deportivo Campo Elías Terán Dix y llegó a su clímax con su lamentable y nunca pensada muerte.
Esta inesperada circunstancia provocó durante esa enfermedad y después con la falta absoluta del alcalde elegido, una serie de encargos y gobiernos temporales, hasta cuando se clarificó lo pertinente al remplazo definitivo con la celebración de unas elecciones atípicas amplia y arduamente disputadas.
En todo esto la ciudad perdió dos años largos de gobernabilidad y de su normalidad institucional , política y administrativa. No se pudo cumplir a cabalidad el Plan de Desarrollo propuesto por el alcalde Terán y aprobado por el Concejo, no pudieron fijarse y menos aplicarse en todo ese tiempo verdaderas políticas públicas. Lo peor de todo fue se perdió la confianza de los cartageneros rayando con la desesperanza y causando de contera cierta prudencia del Gobierno Nacional para darle a la ciudad , a sus programas y proyectos , el apoyo requerido.
Entrar a buscar causas y responsables de la crisis es perdedera de tiempo y esfuerzos porque se sabe que todos eran responsables, pero que todos también parte de la solución.
Los cartageneros y cartageneras entendieron que las elecciones del 14 de Julio del 2013 para escoger el alcalde que debía completar el período eran cruciales y así se vio en la corta pero intensa campaña para este fin. Había dos opciones claras entre los candidatos que despertaron fervor electoral. Una que representaba una larga experiencia en el campo político y otra nueva cargada de ideas fresca y nuevas formas de hacer política. Triunfó con amplio margen la segunda en cabeza de Dionisio Vélez Trujillo, un joven profesional sin experiencia en lo público pero decidido a meterle el acelerador a la administración para recuperar el tiempo perdido.
Es de esperar que vuelta la normalidad político-administrativa e instalado un nuevo Gobierno cuyo tiempo es corto para la recuperación del tiempo perdido y para la magnitud del compromiso adquirido, la ciudad entrara en una etapa de decisiones colectivas que no vengan acompañadas de nuevas dificultades y frustraciones. Lo decimos porque la vasta tarea que tiene por delante el nuevo alcalde no es de su sola responsabilidad, que como decíamos antes, es de todos los cartageneros .
No se puede seguir pensando que todo se debe dejar en manos de los gobernantes. Todos los que votaron por ellos y los que no lo hicieron, deben contribuir a construir las condiciones para el éxito de la administración sin renunciar a su control social y exigirle que las promesas se cumplan. No se debe pensar que la crisis terminó, la verdad es que la ciudad sigue inmersa en ella porque recuperarla de sus devastadores efectos no es tarea fácil y de un día. Es el momento para que con el compromiso de todos se evite que se prolongue y profundice y que salga pronto de ella.
Preocupa ahora que el enrarecido clima político del país empieza a contagiar el local y algunos actores comienzan a pensar más en las próximas elecciones que en las próximas generaciones.
Hay acciones y actitudes del Alcalde Vélez Trujillo que llaman a la tranquilidad. Le oímos en campaña y lo ha repetido después de posesionado que una vez en su cargo trabajaría, gobernaría con todos para recuperar la esperanza de los ciudadanos y su confianza, así como la del Gobierno Nacional, a fe que lo está logrando. También ha dicho y esto es un buen ejemplo de su talante y sus ofertas de campaña, que su principal interés es que a su administración le vaya bien para que los cartageneros puedan seguir eligiendo buenos alcaldes.