En la década de los 50, cuando el comercio de Barranquilla se concentraba en las calles San Blas (35) San Juan (36) y Jesús (37), otra zona importante era el corredor del Callejón del Progreso (Cra. 41) desde la llamada Calle del Crimen (C. 33) en la Plaza de San Nicolás, hasta la Calle de las Vacas (C. 30). En dicha zona estaban ubicadas las principales ferreterías de la ciudad: el Almacén Helda, uno de los primeros almacenes de cadena del país, que más tarde se convirtió en ferretería, situado al costado derecho de la iglesia de San Nicolás. Fundado en 1921 por el alemán Adolfo Carl Held, funcionó hasta finales de la década del 60. En la misma cuadra estaban las ferreterías Carbonell, Juliao, El Yunque y Americana. En la esquina con la Calle del Crimen: el Banco Francés e Italiano, y en mitad de cuadra, EL HERALDO. Había también una concentración de almacenes de calzado, entre otros: La Francesita, Chavalita, Prieto, Dau, La Napolitana y Sofía, y sobre la 30, las fábricas de calzado Faitala y El Piave. En la Cra. 41 estaba Blanco & Roca, la droguería más importante de la época; la farmacia de los Hnos. Salas, la Farmacia Medellín y el almacén de vidrios de E.A. Rosado. En la calle 30 nació la Olímpica. Cabe destacar en esa misma zona un almacén, encanto de los chicos: El Iris, donde, como premio por obtener buenas calificaciones, nos llevaban a comprar un juguete, y tardábamos horas enteras escogiéndolo. El Iris era famoso por los pequeños y originales avisos que publicaba –en el diario La Prensa– Enrique Bernal Moreno, uno de sus socios. Años más tarde, la zona perdió importancia al invadirla los vendedores ambulantes que prácticamente cerraron la carrera 4l.

Por Antonio Celia
Antonioacelia32@hotmail.com