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En el departamento de Casanare, una estrategia de autoconstrucción se ha consolidado como una alternativa para ejecutar obras públicas con costos reducidos y mayor participación comunitaria.

La iniciativa reúne a la Gobernación, alcaldías, comunidades y empresas privadas para aportar recursos como maquinaria, insumos, mano de obra y tubería petrolera reutilizada en la construcción de infraestructura.

De acuerdo con cifras de la iniciativa, liderada por el gobernador César Ortiz Zorro, más de 2.600 kilómetros de vías terciarias han sido intervenidos, 2.400 tubos de concreto instalados para 400 alcantarillas, cerca de 700 kilómetros de redes de gas en ejecución que beneficiarán a 11.000 personas y 15 puentes construidos que mejoran la movilidad de unas 3.000 familias. En municipios como Nunchía, Támara, Monterrey y Yopal, las antiguas trochas fueron reemplazadas por placa huella, facilitando el acceso a escuelas y el transporte de productos agrícolas.

CortesíaLa administración departamental proyecta extender la estrategia a la construcción de vivienda.

El modelo también ha permitido una reducción notable en los costos. Un puente construido bajo este esquema tiene un valor aproximado de 250 millones de pesos, frente a más de 2.000 millones por contratación tradicional. Una placa huella, que usualmente supera los 120 millones, se ejecuta por alrededor de 30 millones en una o dos semanas.

La experiencia surgió a partir de un taller en desuso que hoy funciona como centro de reparación de maquinaria y fabricación de alcantarillas. La administración departamental proyecta extender la estrategia a la construcción de viviendas, con el objetivo de mantener la eficiencia y la colaboración comunitaria como base de la obra pública.

El Gobierno nacional ha mostrado interés en evaluar la replicación de este modelo en otras regiones del país.