
En la prensa y las redes sociales no se ha dejado de hablar del escándalo, protagonizado por un senador, quien “bajo el efecto del alcohol”, sin inhibición alguna, se ve “gritando” e “insultando” a la policía.
Ante lo sucedido, el legislador inicialmente indicó que no ve el “drama” en la situación y que “le pudo pasar a cualquiera”, lo cual es cierto, el caso no es sino uno más de los tantos que suceden diariamente, pero claro que, el suyo ha trascendido, precisamente, por tratarse de un llamado “padre de la patria”, personaje de los que, por la dignidad que ocupan, les corresponde dar ejemplo de comportamiento de sometimiento a las normas de la ética y moral, del respeto y acogimiento a la ley y autoridades.
Este triste hecho hizo revivir el del exsenador que acuñó la frase "usted no sabe quién soy yo"; aunque son diferentes las circunstancias de tiempo y lugar, el hecho relevante fue haber agraviado a la Institución de la Policía, bajo el efecto del alcohol “valiéndose de su condición de congresista”.
Desde la óptica toxicológica, es un fiel reflejo de lo que están íntimamente ligados entre sí el consumo desmedido de alcohol y las conductas sociales. En este caso del senador, en la circunstancia del acto social en que se podría hallar, el antecedente de alcoholismo que dijo padecer, lo llevarían a usar y abusar de estas bebidas, generándose la embriaguez y, en efecto, las secuenciales consecuencias, como la anulación casi total de la acción inhibitoria del súper yo (el que pone control a los actos de la persona y lo obliga a conducirse de acuerdo a las normas establecidas por la sociedad); lo que implicó una pérdida de su autocontrol, lo cual le ocasionó una alteración de la conducta. Más tarde, el Senador, posiblemente por lo profundo de la Sanción Social, se disculpó y afirmó que “no hay nada que justifique su comportamiento”, “ofrezco mis más sinceras disculpas al país, a los empleados y huéspedes del Hotel Caribe, a la Policía Nacional y a la ciudadanía de mi lamentable comportamiento en los hechos...". procurado al pedir perdón, resarcir el daño, desde luego, por iniciativa propia.
Se considera embriagada a la persona que se encuentra bajo la influencia de bebida alcohólica, en grado tal de perder el control de sus facultades. Que es, precisamente, lo que se debe evitar, con no ingerir bebidas alcohólicas o, cuando, por diversión se ingieren estas, se haga en forma moderada y prudente, aprovechando sus efectos sobre las emociones y la euforia, y no dejarse llevar a la pérdida del autocontrol, alteración en la conducta, y cometer imprudencias; y finalizar diciendo como el Senador, que “de nosotros se espera lo mejor y reconozco que debemos ser ejemplo para una sociedad que necesita cambio. Esto no volverá a ocurrir”.
Agustín Guerrero Salcedo
Más Cartas de los Lectores

Una Navidad llena de propósito y magia | Los lectores escriben
"Descubre el Encanto de la Temporada con Historias, Conexiones y Celebración en la Mediana Edad".
En la esencia de la Navidad, nos encontramos en una época mágica que trasciende edades y nos invita a reflexionar sobre lo que rea

Del actual gobierno | Los lectores escriben
Quiero señalar algunas de las contradicciones del actual jefe de gobierno:
1-Habla de la paz total y diariamente caza enfrentamientos con los expresidentes, los medios que no lo alaban, el presidente Bukele, las altas cortes, el fiscal,

Fue todo un éxito | Los lectores escriben
Doce días de angustia vivió Luis Manuel Díaz Jiménez, padre del jugador Luis Díaz del Liverpool en manos de la guerrilla del ELN.
Al parecer no se cobró dinero por su entrega. El hecho ocurrió en Barrancas La Guajira; en una estac

Noches de Cartagena | Los lectores escriben
Con el título de este bellísimo bolero se consolidó el más grande éxito del cantautor, pianista, periodista e ingeniero quimico Jaime Rudesindo Echavarria Villegas,un ilustre antioqueño nacido en Medellín el 13 de noviembre de 1923, h