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Hace 20 años, un 8 de marzo de 2002, Día de la Mujer, falleció en Bogotá la más grande de las cantantes colombianas: Matilde Díaz Martínez, nacida en la población cundinamarquesa de Pándi, bautizada en San Bernardo y criada en Icononzo, Tolima.

Su voz en cientos de grabaciones acompañada por la orquesta de Lucho Bermúdez con porros, cumbias, bambucos y pasillos, se hizo sentir en todo el país y en el exterior.

Con el maestro Lucho viajaron y triunfaron en Buenos Aires.Fueron acogidos en La Habana, donde nació una interminable amistad con la cantante cubana Celia Cruz, cuando apenas daba sus primeros pasos con guarachas y sones.

La misma recepción se repitió en Ciudad de México. En esas tres ciudades quedó el testimonio impreso en varias grabaciones fonográficas.

Separada de la orquesta del maestro Bermúdez pudo lanzarse como solista grabando boleros y baladas que le hicieron revivir su inconfundible voz romántica y melodiosa.

La Cámara de Representantes le hizo un justo reconocimiento al concederle la Orden de la Democracia y la alcaldía de Icononzo reconoció su gran aporte a la cultura.

No obstante su fallecimiento, la hemos seguido escuchando como testimonio de que su voz y agradable figura jamás se olvidará. Ella fue Matilde Díaz, “La única”.

José Portaccio Fontalvo