De las cosas buenas que vendrán para Colombia está el incremento del turismo. La paz con las Farc activara en nuestro país este reglón de la economía. Es conocido que tenemos más de 1.200 especies de aves y que somos uno de los países más diversos del mundo. Hay varias clases de turismo: el de élite, el urbano –o sea el de los centros comerciales–, el marino, el popular y conocido paseo de olla. A nivel mundial es una moda el aviturismo, está en auge, y Colombia es uno de esos destinos predilectos por la diversidad de aves.
Somos un paraíso. Después de más de 60 años de conflicto armado, hoy podemos conocer y visitar por primera vez esos santuarios de fauna y flora, y los turistas del mundo nos visitarán y conocerán –además de nuestros archiconocidos y costeños pitirris, yolofos, rositas, canarios, mochuelos, fifí, azulejos, coronitas, toches, loros, cucaracheros, cotorras, pericos y las conocidas y urbanas tierrelas– los habitantes y desconocidas especies de nuestra gran geografía montañosa, como los colibríes o chupaflores, como los conocemos en nuestra Costa Caribe.
El Gobierno promociona y apoya invitando a los turistas de todo el mundo a visitar nuestro país, sobre todo en los Llanos, regiones selváticas y de comunidades indígenas, que se beneficiarán con esta actividad que apenas está despegando. Caño Cristales, Sierra Nevada, Bahía Solano, la ‘sala cuna’ de las ballenas jorobadas, serán sitios para descubrir ahora en el tan mencionado pos-conflicto.
Pablo Romo Romo
romoromop@hotmail.com