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En días recientes el diario EL HERALDO publicó una noticia en la cual AMB (área metropolitana de Barranquilla) recomienda reestructurar 25 rutas de buses en Barranquilla con el fin de aumentar el número de pasajeros en el fracasado sistema de transporte masivo, Transmetro. Esta recomendación, al igual que el funcionamiento de Transmetro se hace sin tener en cuenta la opinión de la comunidad y de los usuarios, quienes son lo que hacen uso de este servicio, y por ende se ven afectados con la medida, pues el secretario de movilidad distrital Walid David y la alcaldesa de Barranquilla Elsa Noguera no se suben en Transmetro para transportarse a sus casas y lugares de trabajo, sino que se pasean cómodos en camionetas, sin darse cuenta del caos en que se ha convertido nuestra ciudad en materia de movilidad.

En la recomendación que hace el director de AMB, asegura que la reestructuración se hará de manera gradual, en la medida que Transmetro tenga los buses adecuados, lo cual dudo, porque como hacen las cosas la alcaldesa y el gerente de Transmetro, seguramente se hará la reestructuración de las rutas de buses sin que este tenga los buses adecuados, entonces nos tocará a los usuarios seguir con la incomodidad de subir al Transmetro lleno, al bajar de este caminar largas distancias bajo el inclemente sol hasta nuestros lugares de destino, corriendo el riesgo de seguir emanando humo (como lo han venido haciendo los articulados) y con la inconformidad de usar un sistema de transporte ineficiente, porque no hay otra opción; a la fuerza, obligado.

Mientras tanto, seguiremos viendo en las noticias, todos los meses, la danza de los millones que gira la nación y la alcaldía de Barranquilla para ‘invertir’ y tratar de salvar el mayor fracaso de nuestra querida Barranquilla, llamado el translento, perdón, repleto, que digo, Transmetro.


Álvaro Betancourt G.