Hoy estoy donde están los intereses de la ganadería, en China, a 15.700 kilómetros y 13 horas por delante. Pero mis afectos están con ese ejercicio de solidaridad ganadera que apenas empezará en Bogotá cuando yo desayune el viernes en Shangai.
En este momento de la campaña y del país persiste la dispersión. Por ello, la centroderecha debe aglutinarse con patriotismo. Las elecciones legislativas y las consultas interpartidistas de marzo marcan camino, y no dudo que el Centro Democrático, con el liderazgo de Álvaro Uribe, será el más votado y eje de la gran coalición que llegue unida a primera vuelta.
La relación con Estados Unidos. Asertiva y con resultados hasta 2022, hoy es un desastre. Hace un mes el país recibió una descertificación limitada que aconsejaba prudencia, que nada tiene que ver con sumisión al imperialismo ni con otras locuras del presidente, sino con pragmatismo para el bienestar de los colombianos.
El gobierno, que apoya estas movilizaciones y rechaza toda insinuación de infiltración terrorista, como lo hizo con la Primera línea, hoy declara, en boca de Benedetti, que hay estructuras criminales detrás de las tomas. ¡Qué raro!
Marchas inconvenientes para las tensas relaciones con Estados Unidos por las acciones y declaraciones delirantes de Petro, poniendo en riesgo el apoyo contra el narcoterrorismo y en otros frentes, además de las exportaciones y el empleo.
Es la primera vez que tiene lugar un evento en el que se vinculó a miles de ganaderos de todas las regiones del país y es un ejercicio que el gremio repetirá para estimular y hacer crecer a la ganadería colombiana.
El 2 de octubre, en Santa Marta, celebraremos esta historia de logros y dificultades por el abandono y la violencia, pero, como reza nuestro himno, “no nos damos por vencidos ni bajamos nuestros brazos”.
Es una jerga que eufemiza sus crímenes y esconde la impunidad, en una pieza judicial que compite con la de la jueza Heredia, que sirvió para condenar a un inocente: Álvaro Uribe Vélez.
¿Esta nueva oleada de “dialoguitis” gubernamental responde a sus anhelos de paz o a sus anhelos electorales? Y, Dios no lo quiera, pero si el “Proyecto de Sometimiento” se convierte en Ley… ¿a dónde iremos a parar?
No puede olvidar Petro que en esta crisis Maduro se está quedando solo. Sus amigos en la región, él mismo incluido, no lo reconocen como presidente y, aunque lo apoyan y rechazan cualquier intervención, no se involucrarán más allá de lo necesario.