Calarcá es un símbolo de coyuntura. Detrás están Mordisco y las disidencias, los elenos, el Clan del Golfo en diálogos socio-jurídicos en Doha; centenares de bandas y más de 25.000 bandidos amenazando a 52 millones de colombianos. Como ha insistido María Fernanda Cabal, detrás está… “la democracia en peligro”.
Es la posición ambivalente de las ONG que rechazan los bombardeos y defienden la prioritaria protección de la niñez, mientras exigen respeto al DIH y el fin del reclutamiento forzado. ¿A quién se lo exigen…, acaso a Mordisco?
Durante años el Estado promovió la colonización y entrega de tierras, inclusive con decisiones judiciales que, erradas o no, generaron derechos que deberían defenderse ante un juez.
Hoy estoy donde están los intereses de la ganadería, en China, a 15.700 kilómetros y 13 horas por delante. Pero mis afectos están con ese ejercicio de solidaridad ganadera que apenas empezará en Bogotá cuando yo desayune el viernes en Shangai.
En este momento de la campaña y del país persiste la dispersión. Por ello, la centroderecha debe aglutinarse con patriotismo. Las elecciones legislativas y las consultas interpartidistas de marzo marcan camino, y no dudo que el Centro Democrático, con el liderazgo de Álvaro Uribe, será el más votado y eje de la gran coalición que llegue unida a primera vuelta.
La relación con Estados Unidos. Asertiva y con resultados hasta 2022, hoy es un desastre. Hace un mes el país recibió una descertificación limitada que aconsejaba prudencia, que nada tiene que ver con sumisión al imperialismo ni con otras locuras del presidente, sino con pragmatismo para el bienestar de los colombianos.
El gobierno, que apoya estas movilizaciones y rechaza toda insinuación de infiltración terrorista, como lo hizo con la Primera línea, hoy declara, en boca de Benedetti, que hay estructuras criminales detrás de las tomas. ¡Qué raro!
Marchas inconvenientes para las tensas relaciones con Estados Unidos por las acciones y declaraciones delirantes de Petro, poniendo en riesgo el apoyo contra el narcoterrorismo y en otros frentes, además de las exportaciones y el empleo.
Es la primera vez que tiene lugar un evento en el que se vinculó a miles de ganaderos de todas las regiones del país y es un ejercicio que el gremio repetirá para estimular y hacer crecer a la ganadería colombiana.
El 2 de octubre, en Santa Marta, celebraremos esta historia de logros y dificultades por el abandono y la violencia, pero, como reza nuestro himno, “no nos damos por vencidos ni bajamos nuestros brazos”.