En el corazón de la zona céntrica se levanta —a pesar del inclemente paso del tiempo— un coloso de concreto que durante décadas se ha erigido como un símbolo de autoridad y poder político.
En este imponente edificio de siete pisos funcionó, hasta principios de la década de los 90, la sede de la Alcaldía de Barranquilla. Después de eso se convirtió en la sede del Concejo, la Personería y la Contraloría, fortaleciéndose en un punto clave para la vida administrativa de la ciudad.
En la última semana, esta edificación ha vuelto a ser noticia a causa de su evidente mal estado. EL HERALDO tuvo acceso a un informe técnico de diagnóstico preliminar elaborado por la firma Norte Consultores Constructores, a través del cual se determinó que la edificación se encuentra en un estado crítico de deterioro estructural, funcional y normativo, lo que constituye un riesgo directo para la vida y la salud de sus ocupantes y visitantes.

El documento fue elaborado tras una inspección que se realizó para evaluar el estado físico de la estructura, su grado de vulnerabilidad y su capacidad para comportarse de manera segura frente a cargas permanentes, variables y eventuales, incluyendo la acción sísmica.
Durante el proceso se aplicaron pruebas instrumentales y ensayos de diagnóstico como escaneo para detección de acero de refuerzo, análisis con cámara termográfica y cámara sonda óptica en espacios confinados, entre otros procedimientos.
“Este conjunto de técnicas corresponde a métodos estandarizados de diagnóstico estructural reconocidos internacionalmente y enmarcados en la Norma Colombiana de Diseño y Construcción Sismo Resistente NSR-10, de cumplimiento obligatorio en el país”, se lee en el informe.
Entre los principales hallazgos se encuentra una humedad persistente en elementos estructurales y no estructurales, así como en instalaciones y acabados, con presencia extendida de mohos, hongos filamentosos y manchas de origen aún no determinado.
También se evidenció crecimiento de vegetación en varias zonas del edificio, incluso con ejemplares de porte arbóreo que se pueden divisar en los pisos más altos, a los cuales se encuentra restringido el paso de los ciudadanos.
“La persistencia de este fenómeno denota ausencia de mantenimiento preventivo sistemático y constituye una amenaza para la durabilidad y seguridad de la edificación”, se advirtió en el documento.
El informe también detalló deficiencias sustantivas en materia de accesibilidad universal, como la ausencia de ascensores y rampas, así como la carencia de señalética táctil y visual inclusiva.

A ello se suman conexiones eléctricas que se encuentran expuestas y sin protección, en condiciones de humedad, lo que incrementa el riesgo de registrarse cortocircuitos, descargas eléctricas y fallas en los equipos.
Los sistemas de aire acondicionado, por su parte, presentan deficiencias en la conducción del cableado y tuberías, además de no contar con los elementos adecuados para el drenaje del agua.
“La situación encontrada no solo representa incumplimientos normativos, sino un riesgo inminente de electrocución, incendios, fugas de refrigerante y accidentes por exposición de equipos sin protección, afectando directamente la seguridad de trabajadores, usuarios y visitantes”, se señala en el informe.
En la inspección también se detectaron desprendimientos de concreto y pérdidas de material que representan peligro de caída de fragmentos sobre quienes transitan o permanecen en el lugar.
En ese sentido, a través de las pruebas químicas realizadas se confirmaron procesos avanzados de carbonatación, con pérdida de alcalinidad del concreto y penetración de agua hasta el acero de refuerzo.
Motivaciones del estudio
Edwin Castro, ingeniero civil experto en patología estructural, aseguró a esta casa editorial que tras este estudio se cuentan con las razones suficientes para recomendar el desalojo del edificio.

“Este estudio es de carácter preliminar, pero aun así nos obligó a advertir que la edificación se encuentra en riesgo. Nos basamos en que existen grietas y fisuras significativas a lo largo de todo el edificio. Además, los aceros estructurales están fuertemente corroídos y, en varios sectores, el hierro se ha separado de los demás componentes del concreto, fracturándose en diferentes zonas”, dijo el experto.
Puso de presente que, si bien el concreto es un material muy resistente a la carga, “cuando pierde su elasticidad o capacidad de movimiento, la estructura se vuelve vulnerable. Y hay que tener presente que la Costa Caribe no está exenta de sismos”.
El experto recalcó que la estructura no cumple con la norma vigente: “Si no cumple, y no ha tenido estudios ni reforzamientos estructurales, la recomendación técnica es clara y es que debe ser desalojada”.
También alertó que muchas zonas están cerradas por el riesgo existente, siendo enfático en que “el problema estructural es tan grave que lo prioritario ahora es advertir que el edificio no debería estar en funcionamiento ni recibiendo público”.
Peticiones desde el Concejo
Con el inicio de un nuevo periodo de sesiones, el concejal Juan José Vergara lanzó una alerta frente al estado actual de la edificación donde funciona el cabildo distrital.
En diálogo con EL HERALDO, el cabildante conservador puso de presente que muchas entidades han ido trasladándose a otras sedes debido a las malas condiciones de la infraestructura.
“El Concejo ha seguido trabajando aquí y, aunque se han hecho algunas mejoras, estas han sido muy parciales. Cada vez que llega un nuevo presidente, busca la manera de mejorar algo dentro del recinto y eso se valora. Sin embargo, nuestra preocupación va mucho más allá y tiene que ver con la infraestructura general del edificio”, aseguró.
Vergara fue enfático al sostener que una de las situaciones que más preocupación le genera es la constante utilización de una motobomba para sacar el agua acumulada en el sótano, “justo en la cimentación del edificio”.
Recordó que en 2015 se firmó un acuerdo con la Fiscalía General de la Nación para entregar el edificio en comodato para habilitar un búnker en la ciudad:
“La entidad no aceptó la edificación, precisamente por el alto nivel de inversión que requería. Si la Fiscalía no la quiso, es porque el deterioro es grave”.
Hizo un llamado al alcalde Alejandro Char para que se trabaje de forma articulada para lograr una solución en el corto plazo frente a esta problemática.
“Este recinto necesita una sede digna, a la altura de la ciudad. Ahora que estamos en época de discusión del presupuesto, sería importante incluir partidas que permitan esa reubicación temporal mientras se define una sede definitiva”, agregó.
En ese sentido, fue enfático en que “el Concejo de Barranquilla ha sido la cuna de los grandes proyectos que le han dado vida, valor y proyección a esta ciudad. Merece, por tanto, un espacio a su altura”.
A este llamado se sumó el concejal Andrés Ballesteros, quien recalcó que el creciente deterioro de las instalaciones genera afectaciones para su trabajo diario.
“Cada concejal tiene una oficina, pero no las utilizamos porque es muy grande el deterioro. Sería importante poder utilizar esos espacios para poder realizar nuestras actividades de una mejor manera”, anotó.
En ese sentido, evidenció que “Barranquilla hoy necesita que su Concejo, que las entidades públicas que trabajan para la ciudad, tengan un entorno favorable y acorde al progreso que viene evidenciando la ciudad. Los barranquilleros vienen aquí a contarnos sus problemáticas y por el mal estado puede ser peligroso para ellos”.
Falta de parqueos y daños en elevadores
Otras de las quejas de los miembros del Concejo corresponde a la falta de parqueaderos, por lo que se deben parquear en una de las vías cercanas al edificio. Debido a esta situación se han registrado robos de algunas partes de los vehículos, así como les han impuesto comparendos. A eso se suma que los ascensores se encuentran fuera de funcionamiento.