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El retraso de las obras de la segunda fase de la Gran Vía ha sido, para Yanina Cabrera, “la estocada final para la muerte comercial”. Así lo manifestó la propietaria de un establecimiento de copiado en el Centro Comercial Le Champ, quien junto con otros dueños de negocios ve con preocupación cómo desde el año pasado se van a pique.

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Las obras de ampliación del Corredor Universitario, entre Barranquilla y Puerto Colombia, presentan cerca de un año de retraso, generando malestar entre los habitantes de la zona y los conductores que transitan por frecuencia.

“Ni en pandemia estuvimos tan mal como ahora”, afirmó la comerciante, quien recordó que desde la primera fase se vieron afectados, pero en esta segunda fase la crisis ha sido mayor para todo el centro comercial. Aseguró que las ventas han bajado en un 70 %.

orlando amadorMuchos locales han sido desocupados ante el bajo número de clientes.

Los propietarios y empleados se quejan porque el retraso de la obra no solo les está afectando su economía, sino además la salud y sus bienes. El difícil acceso al centro comercial, el polvo, el mal estado de la vía, que ha deteriorado sus vehículos y los de sus clientes, son algunas de las quejas.

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“Los arriendos siguen igual, no hay ninguna ayuda. Recién os enteramos que la obra se extendería por un año más. Y mientras tanto, ¿quién nos sostiene a nosotros? Los arriendos siguen corriendo y no hay nada para el comerciante”, afirmó.

EL HERALDO estuvo recorriendo la obra y pudo constatar, de primera mano, cómo los comerciantes y la comunidad en general hacen lo posible por salir adelante en medio del caos vehicular y del lento avance de los trabajos en ese punto de la obra.

De acuerdo con los dueños y empleados de los pocos negocios que se resisten a “bajar los brazos” en medio de esta situación, todos los días viven la angustia al ver que tienen menos clientes, muchos de ellos adultos mayores que, por el mal estado de la vía ,dejaron de ir al centro comercial.

Christian Chávez, administrador de un gimnasio, afirmó que a pesar de todo no ha considerado cerrar: “Por ahora no. El negocio aún es muy reciente como para pensar en cerrar o irnos. La idea es buscar la manera de salir adelante”.

Relató que han perdido desde el inicio de las obras entre 100 y 150 usuarios.

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“Nosotros somos de los pocos locales que realmente atraen flujo de personas al centro comercial”, mencionó.

Por su parte, la administradora de Le Champ, Marbel Luz Montes, ve con preocupación cómo avanza el año y la obra aún no termina. Durante este tiempo han tenido que soportar grandes cantidades de polvo, cortes de energía y la suspensión del servicio de gas en varias oportunidades.

En total son 58 negocios, entre locales, islas y cajeros automáticos que hacen parte de este centro comercial.

“Estamos desesperados. Necesitamos respuestas. Necesitamos avances, porque hasta el momento no se ven”, afirmó.

Dijo que si ya es difícil sobrevivir con estas condiciones, un año más sería gravísimo para todos los comerciantes.

Montes pide que los apoyen con reguladores de tránsito por el alto riesgo que corre la comunidad y sus clientes.

Derecho de petición

Carlos Grillo, administrador de varios locales comerciales, afirmó que presentarán un derecho de petición directamente a la Gobernación del Atlántico: “Lo que solicitamos no es una compensación económica, sino cumplimiento y celeridad”.

Para Grillo, quien además es ingeniero civil, hay una total desorganización en la obra. Durante las reuniones con los contratistas e interventores, les habían anunciado la entrega en septiembre, luego en noviembre, “y ahora eso también se ve improbable. Exigimos seriedad en los cronogramas. Si hay recursos y buena planeación, una obra así puede cumplirse. Esto es claramente una falta de gestión”.

Avance de la obra

EL HERALDO conoció que la obra, a cargo de Edubar, registra un avance del 70 % y ha intensificado su ritmo desde hace poco más de un mes, con labores activas en varios frentes: pavimentación, construcción de muros de contención, perforaciones del terreno natural para anclajes, instalación de anclajes, redes de acueducto y alcantarillado, así como la red pluvial. A partir de agosto, se iniciarán los trabajos en la red eléctrica.

Según información de la Gobernación del Atlántico, la obra no se encuentra suspendida y se estima que su entrega será el 30 de junio de 2026. Para finales de enero de ese mismo año, se prevé la culminación del deprimido, que actualmente cuenta con un avance del 43 %. También se espera finalizar obras complementarias como el puente peatonal y la glorieta.

El retraso en la ejecución de esta segunda fase se debe, según una fuente consultada, a la falta de recursos por el orden de los $12 mil millones. La inversión total en esta unidad funcional asciende a 109 mil millones de pesos.

Se conoció que Edubar ha enfrentado dificultades con el contratista, la reformulación del diseño y el interventor de la obra.

“No ha cumplido con los tiempos establecidos”: Vicecontralor

El vicecontralor Carlos Mario Zuluaga alertó recientemente que la obra de la Gran Vía no ha cumplido con los tiempos establecidos, lo que ocasionará un sobrecosto en su ejecución, “ya que las obras estructurales previstas para la primera etapa no se han realizado y, en consecuencia, los costos de la obra se incrementarán”, afirmó.

Aseguró que la Gran Vía no ha avanzado más del 30 % en su ejecución, en la etapa 2, que es donde actualmente están paralizadas las obras.

Zuluaga dijo que mientras no se liquide ese contrato, no se puede hablar de un proceso de responsabilidad fiscal. “Aún no hemos asumido el control preferente de esos recursos. Por ahora, la obra está en interventoría y hace parte de la estrategia que nos permite, en el marco de ella, pedir información a la Gobernación del Atlántico, con el fin de obtener más insumos para evaluar el futuro del proyecto”, puntualizó.