El exministro de Minas y Energía, Amylkar Acosta, en medio de su participación en el Cuarto Summit Internacional del GLP, aseguró que los usuarios del gas natural en la región Caribe sentirán el incremento de los costos del gas natural a partir del mes de diciembre como consecuencia de la “imprevisión y la improvisación”.
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Lo anterior, explicó el experto en temas energéticos, porque en noviembre se terminan los contratos que tienen las empresas comercializadoras de gas, y al renovarlos tendrán que hacerlo con importación de gas a precios mucho más altos.
En este momento, dijo que afortunadamente el gas importado ha bajado de precio: de 15 a 18 dólares el millón de BTU que les tocó comprar a las empresas hace dos meses, ha bajado a 10 o 12 dólares. “Pero sigue siendo el doble del precio al cual se comercializa el gas producido en el país. De manera que eso va a ser un golpe muy duro para los usuarios”, afirmó.
Explicó que el gas propano, es decir, el GLP, es relativamente más económico que el gas natural. Pero también, debido a la caída de las reservas de petróleo y a la reducción en la refinación de crudo en el país, cada vez el porcentaje del GLP que se consume en Colombia es importado.
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“Fíjense en el año 2022, Ecopetrol suministraba alrededor del 68 % del GLP que se consumía en el país. En este momento, a lo sumo está aportando el 38 %. Es decir, el 62 % del GLP que se está consumiendo hoy también es importado”, indicó.
En este momento, la esperanza del gas natural se encuentra enfocada en Sirius 2, que entraría a producir dentro de cuatro años. Con respecto a la disminución de la producción de gas en Colombia, señaló que se debe al declive de los yacimientos y la no entrada de otros campos importantes.
Transición energética a la ‘colombiana’
El exministro también se refirió a la transición energética en Colombia. Para Acosta, esta se debe hacer “a la colombiana”, teniendo en cuenta la realidad del país.
“Nosotros no podemos calcar ni imitar lo que están haciendo otros países en materia de transición. Por lo tanto, debemos crear nuestra propia hoja de ruta, ya que somos un país que depende en gran medida de la actividad extractiva y de recursos como el petróleo y el carbón, esenciales para la economía y las finanzas del país.
Asimismo, Acosta propone que esta hoja de ruta se haga de acuerdo al territorio. Lo anterior porque no puede ser factible que se planteen las mismas tareas ni las mismas estrategias en departamentos como La Guajira y el Cesar —que dependen de la minería y de la actividad extractiva—, a otros departamentos del país que dependen de la agricultura, la ganadería, la floricultura o la economía cafetera.
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Para el experto en temas energéticos, para que este país no sucumba, se debe replantear el actual modelo, que según él ha fracasado. “Nos estamos quedando con el pecado y sin la gracia: se están sacrificando actividades como la extractiva, que son hoy por hoy uno de los principales dinamizadores de la economía, sin que se desarrollen las otras”.
Puso de presente los proyectos de energía renovable, que entre el año 2019 y 2021 se le asignaron 2.400 megavatios de generación de energía eólica, con 16 proyectos de parques en La Guajira.
De estos, los primeros debieron entrar en operación en 2022. “Y a la fecha, no ha entrado ninguno, y ya este Gobierno se va sin que ninguno de esos parques eólicos esté funcionando. Entonces, uno no puede prescindir de lo que tiene simplemente con la aspiración de tener lo que no tenemos”, afirmó.