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Jimmy Cobb no es más que una persona, no es más que otro que se pasea a su ritmo por el lobby del Hotel Diamond. No es nadie que sobresalga por su estatura, o su porte, lo único que sobresale es su gorra que ahora se ha vuelto una marca personal. Esta dice Nasa, lo cual resulta gracioso porque así nos hemos sentido muchas veces cuando hemos escuchado sus sesiones: que nos lleva a la luna.