Este martes los primeros lamentos de las enlutadas alegres se escucharon en el parque Los Fundadores. Desde las 4 de la tarde la carrera 54, entre calles 54 y 59, se tiñó de ‘negro folclórico’ con las viudas del eterno parrandero del Carnaval, en el desfile ‘Joselito se va con las Cenizas’. Con su muerte finalizaron una vez más los cuatro días de Carnaval, la legitimación del disfraz y el desorden organizado de la ciudad.
El recorrido fue liderado por la comitiva de la reina, Maqui Diazgranados. En él un séquito de viudas velludas y fornidas intentaron revivir a un Joselito, de ‘guaro’ intravenoso y botella de whisky en mano.
'¡Ay José por qué te me fuiste, ay por qué!', lamentó una y otra vez la viuda soberana, entre lágrimas de cocodrilo.
Sus suspiros fueron seguidos por 120 marimondas de Barrio Abajo, que danzaron en homenaje a su rumbero y mujeriego padre.
'Dios mío por qué no me llevaste a mí pa’ no mantener a este poco de pelaos', gritaba la viuda Paragüita, vestida de negrita Puloy, desde su ‘carroza de tres ruedas’.
Durante el cortejo ‘fúnebre-alegre’, ángeles, carpinteros y viudas fantasmagóricas acompañaron a las enlutadas. Un grupo de reinas populares lloraron todo el recorrido porque 'ya no tendrán quien les de serrucho toda la noche y pague sus cuentas'. (haga clic aquí para ver más fotos)

Un grupo de varoniles viudas del barrio Montecristo, danzaba al ritmo del ‘carpintero del momento’ y buscaron nuevo marido entre el público.
Mientras tanto un sacerdote dio los santos y rumberos óleos a un escuálido Joselito. 'Dale Momo aguardiente eterno y tenga para él la pea perpetua, desenguayabe en paz, amén', oró el clérigo de túnica ‘marimondera’.
Los reyes infantiles Paula Andrea Jurado y Nickson Padilla, junto con una pequeña comitiva de infantes, también participaron del recorrido, bailando y lamentando la pérdida del parrandero.
El desfile finalizó con el grupo 'Los Espectros del Bosque’, cuyo Joselito era capaz de hacer rodar el blanco féretro por sí solo.
Luego de 4 días de intensa rumba, de brillar hebilla, beber varios litros de alcohol y escuchar 1.500 veces el disco del Carnaval, Joselito falleció y fue sepultado simbólicamente por sus viudas. Una vez más quedó para la historia lo vivido en este carnaval patrimonio de la humanidad, el cual nunca muere, sino que renace año tras año con cada barranquillero, amante de sus raíces.