Jairo Paba Salcedo fue en la radio musical barranquillera lo que en su momento fue Edgar Perea en lo deportivo, o Marcos Pérez Caicedo en lo noticioso: un ícono, un símbolo, una marca. Los barranquilleros nos acostumbramos a escuchar su prodigiosa voz grave desde 1974, cuando tímidamente agarró un micrófono para animar un programa de Carnaval que transmitía emisora Riomar desde el parque Suri Salcedo. Antes había incursionado en dramatizados radiales por esa misma estación radial bajo la dirección de Álvaro Ruiz Hernández.
Eran los tiempos de la Ley contra el hampa, Código del terror y Casta de valientes, programas que marcaron época en la radio local, y en los que él encarnaba personajes siniestros. Ruiz aprovechaba la voz grave de Paba, la que sabía darles varios tonos y matices, para enriquecer el papel de sus personajes.
Luego vendría un recorrido como locutor de cabina por varias emisoras, programando música, esencialmente salsa, aunque irónicamente se inició programando baladas por ABC.
También estuvo en Radio Reloj, Radio Olímpica, Radio Universal, Vallenato Estéreo, Olímpica Estéreo y RCN, en sus frecuencias Rumba Estéreo y Radio Uno. Actualmente tenía un año de laborar en Madrigal Estéreo, emisora de Soledad.
En RCN radio se desempeñó hasta el 31 de julio del 2012, cuando asombró a sus oyentes y compañeros de cabina revelando al aire, en vivo y en directo, que se marchaba de la radio, que se apartaba de los micrófonos y las consolas por quebrantos de salud.
Venía padeciendo desde unos tres meses atrás de un edema pulmonar, que también le afectó la garganta. Jairo Paba no solo llamaba la atención por su excepcional voz, también por su excéntrico modo de vestir. Camisas multicolores, pantalones ajustados, y siempre se mantenía con las tendencias del momento: tatuajes, piercings, gafas, etc.
Cuando comenzó su estrellato radial en Radio Olímpica, sus compañeros lo llamaron el ‘Terrible’, y así se le identificaba; pero cuando pasa a Radio Universal, Ley Martin lo rebautiza como el ‘Líder’, apodo que cogió más fuerza.
En su actividad profesional creó espacios que quedaran en la historia de la radio, tales como los Veteranos de la salsa, Viernes para recordar, Sábados de Rumba.
En este último hacía gala de su repentismo para crear versos al aire, en vivo y en directo, jugando para ello con los nombres de los oyentes que llamaban, los barrios en que estos vivían, el disco que solicitaban. Sin embargo, su programa símbolo fue Buenos días con Jairo, que inició en 1984 en la desaparecida estación Vallenato Estéreo. Este programa lo paseó por otras emisoras como Olímpica Estéreo y Rumba Estéreo.