El rostro, tanto de hombres como mujeres, se convierte en un lienzo en el que el maquillaje se luce en aquellos que quieren salir en Carnaval de una forma 'novedosa' dándole a la faz un aspecto diferente.
Hace 50 años esta práctica en el carnaval distaba completamente de lo que es hoy. O por lo menos así lo recuerda el especialista en temas culturales del Caribe Moisés Pineda Salazar, quien además de estudiar todo lo concerniente a esta fiesta, también vivió esa época.
Según Pineda, esta técnica tiene más de medio siglo. 'En Carnaval los hombres se pintaban el bigote y las patillas con carbón'.
El experto explica que el hecho de usar maquillaje para esta temporada 'no es más que el recurso con el cual se reemplaza la máscara', ya sea por ahorrar dinero o sencillamente por quererlo así.
Pineda expone que quienes esconden su rostro detrás de una máscara lo hacen para ocultar su identidad o para hacer algún tipo de personificación y que en algunas ocasiones la elaboración de un antifaz puede ser costosa y de ahí la razón de 'economizar' con maquillaje.
Karolina Rueda es una joven maquilladora que ha tenido en sus manos rostros de modelos y presentadoras de la ciudad. En su labor diaria reconoce esta habilidad cosmética como una manera de 'imprimir arte en lo cotidiano'.