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Las primeras prendas que usamos muy probablemente fueron escogidas por nuestros padres. Un vestido de tono rosa —si es niña— o un traje de camisa y pantalón azul — si es niño— estuvieron seguramente entre las elecciones que por mucho tiempo definieron nuestro armario.

Hoy en día, el mundo de la moda ofrece una amplia variedad de tonos, prendas y matices para vestir sin etiquetas. Moda sin género, unisex, neutra, genderless, o como se le quiera llamar a la tendencia de vestir prendas que no se diferencian por el género, pueden usarse por igual tanto en hombres como en mujeres o queer.

Para el asesor de imagen Pablo Villarreal la esencia de la moda sin género no es más que una 'transición' de lo que se entiende tradicionalmente por masculino y femenino para encontrar la comodidad y la satisfacción.

'Cuando un hombre usa una prenda se ve diferente a cuando la usa una mujer, la magia está en encontrar una forma de llevar las prendas con un sello personal propio. El estilismo con el que se usa la ropa es lo que marca la tendencia. Estamos acostumbrándonos al concepto de que la ropa no para él o para ella. Es para todos', manifestó.

Las grandes pasarelas de los últimos años, desde Milán a Nueva York han puesto de manifiesto un movimiento que venía gestándose desde hacía mucho tiempo con un mensaje de libertad en épocas de reivindicación femenina y diversidad sexual.

Esta corriente de ropa, tanto holgada como ajustada y que se adapta a cualquier silueta, sigue en la retina de compradores que buscan una industria representativa en su diversidad.

Sin etiquetas

Diseñadores de marcas que han presentado propuestas que desafían la barrera de géneros en Latinoamérica como Mancandy o Omnia afirmaron en una entrevista con la AFP que aunque para muchos la moda no gender es una tendencia pasajera, es en realidad un avance a la diversidad que tiene como 'mensaje principal la libertad'.

'La gente ya no se ajusta a los patrones finitos, somos infinitos y sentimos el deseo de desbordar nuestra persona en nuestra ropa', asegura Carla de Lima Ribeiro de la marca Pair de Sao Paulo, que busca la 'democratización' de la moda.