Compartir:

Por Giselle De Hoyos

Además de empresario, Enrique Chapman cumple este fin de año las veces de anfitrión.

En su casa todo está dispuesto para la llegada de la Reina del Carnaval 2019, Carolina Segebre Abudinen. Sus amigos más cercanos lo acompañan en una sala donde reposan varios retratos de él, el hombre que ha trabajado incansablemente por hacer que los barranquilleros disfruten del Carnaval año tras año.

En la sala ya había espacio para todos los invitados, Enrique aprovecha entonces para conducirlos al patio.

Ofrece algo de tomar y comer, no deja de lado las butifarras que fabrican en su propia casa y que, según manifiesta, se pueden degustar mejor calientes y con un buen bollo de yuca, que por supuesto, también elaboran en su cocina.

Llegó la reina

A las 6:40 p.m. el sonido dulzón de una flauta de millo acompañado de la tambora anuncia la llegada de la soberana de las fiestas. Él, como buen costeño, no se resiste y sale al encuentro moviendo las caderas de lado a lado.

Ella le abre sus brazos para demostrarle que viene recargada de la energía que ha recibido en los barrios en los cuales se ha dedicado a conmemorar a los más cambamberos del Carnaval de Barranquilla. La figura de su festejo, la de un barranquillero que va pa’ las que sea.

Con un efusivo abrazo que inmediatamente se convierte en baile comienza la fiesta en una casa decorada aún de Navidad.

La Reina hace cortas pausas para abrazar a los pequeños que están en el lugar que empiezan a familiarizarse con las tradiciones.

Desde siempre han sido muy cercanos, confiesan. Es por ello que la fiesta se torna muy familiar y emotiva. La razón es que ella, cuenta, desde los 14 años se montaba en las tarimas a presenciar los espectáculos de artistas de talla internacional que venían a los conciertos organizados por el nuevo cambambero.

El recorrido

La Ruta de La Alegría es el programa bandera de Carolina. Cada fin de semana, desde el mes de noviembre, ella y su comitiva van a los barrios a buscar a los personajes más cambamberos del Carnaval.

A Enrique lo llamaron hace aproximadamente dos meses Carolina y Hilton Escobar, director de la Banda de Baranoa, en donde la Reina también participa, para informarle del reconocimiento.

'Enrique, queremos ir a reconocer lo que es el cambambero, ¡Vamos para tu casa!, y de ahí nació la idea de que ellos hoy se vinieran para acá', cuenta el homenajeado.

Sería imperdonable dejar por fuera a Chapman, dicen. Él inspiró la famosa canción de Estercita Forero El Cambambero. La misma que ahora sirve de referente para el Carnaval de Carolina.

'Te voy a contar una historia: la palabra cambambero fue un invento de Estercita', relata con emoción.

Ella la compuso en agradecimiento porque él antes le había dado la canción La Guacherna a Los Vecinos para que la grabaran.Aunque en principio se negaron, con su insistencia lograron montarla.

Entonces Enrique reunió el dinero entre toda la colonia barranquillera y así fue como se grabó La Guacherna, un himno carnavalero.

Historia

Un día, cuando él regresó de Puerto Rico, Estercita lo llevó a Salgar y ahí compuso El Cambambero.

La mejor forma de recordarla es escuchándola. Amorosamente le pide a un sobrino que ubique el celular para poner a sonar la canción y ahí, una vez más, La novia de Barranquilla describe a un hombre que ama el Carnaval y lo lleva en sus venas, al punto de darle vida por largos años. El mismo 'que va con la camisa colorá a bailar en Carnaval con mochila y con sombrero', como describe la canción.

Agenda real

Al compás de la cumbia avanzan hasta el patio de la casa. Ahí se detienen un momento y la soberana pide un poco de silencio a los asistentes. Comienza el acto significativo.

El empresario ya tiene un atuendo equivalente a la camisa colorá, ahora solo le hace falta la mochila y el sombrero. Carolina le completa el look 'recochero y farolero', le añade un collar y una pulsera del Carnaval junto una banda en la que se lee claramente: el más cambambero.

'El día de hoy La Ruta de la Alegría culmina en la casa del cambambero de cambamberos', informa la soberana, y luego del acto protocolario se le escucha decir: 'Bueno. Música, pues. ¡Música!'

El buen anfitrión llevó a sus invitados a la puerta de su casa y ahí los despidió al son de una alegre puya. Hasta una próxima oportunidad, cuando nuevamente arranque la agenda de la Reina y el cambambero vuelva a organizar uno de sus grandes eventos con la actitud que le mereció ser la inspiración de Esthercita y de muchos cambamberos en la ciudad.