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El Viernes Santo tiene una tradicional carga simbólica para la Iglesia Católica. El luto y la tristeza se hacen evidentes por la muerte de Jesús entre los creyentes.

Durante el día de ayer hubo un 'cese' litúrgico desde la misa en la Cena del Señor, celebrada el jueves, hasta la proclamación de la resurrección de Jesús en la Vigilia Pascual hoy en la noche. Es decir que no se celebra la liturgia eucarística, sino la liturgia de la Palabra.

Es por ello que la Conferencia Episcopal de Colombia cita un antiguo aforismo 'per crucem ad lucem', que significa 'por la cruz vamos a la luz' con la finalidad de hacer énfasis en el anuncio y meditación de la pasión y muerte de Cristo 'que desemboca en la solemne oración universal y en la aclamación a la cruz'.

El Sermón de las Siete Palabras corresponde a las frases con las que culmina el drama del calvario. Es el acto central del Viernes Santo donde se explica el sentido de las siete palabras dichas por Jesús mientras estaba en la cruz, según la fe católica.

En Barranquilla fue presidida por el obispo auxiliar de Barranquilla, monseñor Víctor Tamayo.

La iglesia Nuestra Señora del Carmen y la Catedral Metropolitana María Reina se unieron en la ceremonia que representó el encuentro de María y Jesús.

El párroco de la Catedral, Dagoberto Rhenals, cuestionó '¿cuántas veces actuamos por nuestros impulsos y deseos?'

Indicando que 'muchas veces nos dejamos llevar por nuestras emociones y no pensamos en lo que hacemos'.

Mientras que el de Nuestra Señora del Carmen, fray Rubén Darío Cuervo, señaló que Dios pide 'sinceridad, rectitud y responsabilidad con nuestros actos'.

El padre Rhenals aseguró hizo además un llamado a rescatar la dignidad de la mujer 'en un momento histórico donde se viven tantos maltratos y atropellos a la mujer'.

'Hoy cuando hay tanta violación de derechos humanos estamos llamados a rescatar la dignidad de todo ser humano', apuntó.

En la ceremonia también recordaron a las víctimas de las tragedias en el país, por quienes, 'se debe orar y ayudar'.

A su turno, monseñor Tamayo envió un mensaje a los fieles católicos de amor y respeto por la Virgen María 'gracias a la fe que tenemos, un Jesús que amamos y una Virgen en la que confiamos'.

Sus palabras estuvieron dirigidas a la confianza que debe tener el católico a la madre de Jesús y lo que ella significó en la vida de su hijo y en la de todos los creyentes.

Finalmente la imagen de la Virgen María fue acompañada por una procesión hasta 'su casa', el templo de Nuestra Señora del Carmen.