Una luz amarilla tenue lo ilumina, cerca de 120 personas sentadas sobre sillas de gamuza roja lo observan. Él, como en una nuble flotante, sobre un banco negro del mismo material de los asientos del teatro, frente a un piano de cola. Así se siente Steven Suárez Cáceres cuando toca el piano.
La primera vez que escuchó sus sonidos fue en una iglesia católica. 'Caramba, yo me enamoré de ese instrumento, me impulsó las ganas de salir adelante', dice el joven.
Suárez estudia Licenciatura en Música, programa académico de la Facultad de Bellas artes de la Universidad del Atlántico. Usted podría juzgar como común la oración que acabó de leer. Para el estudiante de 32 años no lo es.
Steven no puede ver. Pero ese no es problema
'Hubo un tiempo en el que estuve descolarizado. Cuando estudié de pequeño, los profesores le decían a mi señora madre que yo no iba a avanzar, que tenía un proceso lento, que no rendía', relata sentado en la fuente que adorna uno de los patios de Bellas Artes. Por eso, explica, lo enviaron a colegios de educación especial hasta los 15 años. En ese proceso tuvo dificultades. 'Me tocó desplazarme solo, no tenía quien me acompañara'.
Estuvo en un grupo folclórico, que recibía clases en Comfamiliar y que estaba conformado por personas con discapacidad visual, auspiciado por la Fundación amigos para una buena educación, Fundabe. Se llamaban 'Luz', 'la que uno ve con los ojos del alma', y por las presentaciones, 'a veces nos daban contribuciones o para el transporte'.
Finalmente, se ausentó del folclor, porque 'quería explorar otros instrumentos'.
Durante su paso por el grupo, en 2007, también hizo cursos libres de piano, con un profesor llamado Leopoldo, periodo en el que surgió en el joven la necesidad de validar la primaria.
'Yo neceando los dedos me puse a andar el piano y más tarde, en 2010, decidí que necesitaba buscar otros horizontes'. Validó el bachillerato, porque ya no 'se conformaba con menos'. Tenía, entonces, 27 años.
Relata que cuando empezó a asistir a las clases en Fundabe, si su madre no lo llevaba, no podía ir.
'Llegó un momento en que me inquieté y tuve que aprender sobre movilidad por mi cuenta. En el barrio me explicaron algunas técnicas. Hasta el sol de hoy, me desplazo solo'. Manifiesta que no ha estado exento de dificultades, en particular por la infraestructura de la ciudad. 'A pesar del desorden, las personas con discapacidad visual igual nos desplazamos. Si nuestros gobernantes fueran más sensibles con la discapacidad, en general, esto nos facilitaría un poco más la vida', asegura.
Antes de ingresar a la Uniatlántico, estudió en la Escuela Distrital de Arte, 'ya tengo un cartón de técnico. Ahora estoy en una travesía', afirma lleno de emoción.
Steven se encuentra estudiando obras de Carl Czerny, maestro austriaco de Franz Liszt y una obra clásica del repertorio nacional cubano, 'Tristeza junto al mar' de la compositora María Matilde Alea, 'con un bajo continuo -técnica de ejecución y composición, tan importante durante los siglos XVII y XVIII, cosa de que él vaya independizando un poco sus manos', cuenta la docente, nacida en Cuba y nacionalizada en Colombia, Yamira Rodríguez Núñez.
'Cuando empieza a interpretar una obra estudiada es increíble, como su rostro transmite la alegría que siente de haberlo logrado, una felicidad que es indescriptible', y agrega que en las clases trata de involucrar a los estudiantes en el proceso de aprendizaje de Steven y viceversa.
Con una grabadora se armaron para facilitarle al joven la memorización de los estudios musicales vistos en clases. 'Pero no es suficiente, llegará el momento en que las obras serán tan complejas que va a necesitar poder leer una partitura braille'.
La docente señala, además, 'que quién mejor que Steven para que el día de mañana como profesional pueda enseñarle a otras personas con su condición la experiencia que él ahora está viviendo'.
Carmen Edith González Ortega
'Imagínate que cantar para mí es casi como comer, una cosa tan automática que no tengo ni que pensarla', expresa la estudiante de primer semestre del programa de música de la institución pública.
Cuenta que 'la mejor experiencia de su vida' fue en 2011, durante el Festival Vallenato de Valledupar. Junto con un compañero ganó el primer lugar en la categoría canción inédita, por la interpretación de Ciegos nosotros, una canción de Adrián Villamizar, médico y compositor.
Carmen, que ahora experimenta con el canto lírico, 'pues antes se dedicaba a la música popular' afirma que algunas cosas, que las personas sin su limitación hacen de forma automática, a ella le toman más tiempo, 'quizá porque las partituras están en tinta y toca hacer la transcripción a braille'.
La docente Arianna Ferrer Florián comenta que la joven identifica la tonalidad, sin necesidad de tocar un piano. 'Yo en cambio, por ejemplo, para saber si alguien está cantando en do mayor, debo acudir al instrumento'.
Así como Funes el memorioso, de Jorge Luis Borges, -un hombre condenado a recordarlo todo-, quienes tienen 'oído absoluto' 'están condenados' a reconocer la tonalidad en que está ejecutando un cantante o instrumentista, sin necesidad de acudir a un instrumento armónico. A Bach, Mozart, Liszt, Tckaikovski, Ella Fitzgerald, Stevie Wonder, Barbra Streissand y Charly García, solo por mencionar algunos, se les conoce por esa habilidad.
Tiflólogo