En el cementerio Jardines del Recuerdo de Barranquilla, la pasividad y el silencio de una mañana de comienzos de junio era el polo opuesto a la alegría que caracteriza a la ciudad carnavalera.
A la entrada del lugar, la primera tumba es la de una pequeña que solamente disfrutó de un día de vida. Así lo registra la lápida: María Angélica Mora Ariza, mayo 9 de 2000 - mayo 10 de 2000.
Siguiendo el camino, apareció el ormanentador César Ayala Carpio, quien moviendo sus brazos mostró el lugar exacto de la tumba de Rafael José Orozco Maestre, no sin antes decir que lleva 32 años trabajando en ese lugar donde las lágrimas son el mejor adorno de las tumbas de los difuntos.
Al llegar al sitio exacto, ya habían ido a ponerle a la tumba flores nuevas, de color blanco y amarillo. Esta tarea la cumplen familiares y muchos seguidores del cantante, desde hace 24 años.
Limpiar y arreglar la lápida de Orozco les permite a los visitantes apreciar la letra de la canción ‘Solo para ti’, uno de los regalos cantados que el intérprete vallenato le hizo a su esposa Clara Elena Cabello, y a sus hijas Kelly, Wendy y Loraine.
Además, se observa un detalle muy personal: 'Te seguiré queriendo, Papurro lindo', un mensaje sublime para el hombre que regó con amor a su familia.
'Lo mejor que me ha pasado en toda mi vida
ha sido tenerte a ti como compañera,
me has dado cosas tan bellas, como mis hijas
que vivo, y doy mi vida sólo por ellas'.
Cariño de seguidores. El desfile de seguidores es constante y todos, a pesar del paso de los años, tienen un recuerdo tatuado de Rafael Orozco.
De pronto, llegó Esther Polo con un ramo de flores, y dijo que nunca faltaba a la cita en esa tumba porque su admiración por ‘Rafa’ sigue viva.
'Cada semana llego al cementerio a traerle flores a un familiar, y también a Rafael Orozco. Esto me hace recordar a mi hijo cuando tenía tres años, porque se la pasaba cantando ‘Dime pajarito’, y al terminar estiraba la mano para que le diéramos una moneda'.
Esta barranquillera siguió dando detalles de las muchas presentaciones en las que actuó el Binomio de Oro, y nombró a María Castañeda, una sobrina que tiene toda la colección de discos de Rafael Orozco e Israel Romero.
En un momento, la nostalgia la sacudió. 'A Rafa lo quisimos todos, menos una persona que le quitó la vida, y nos privó de sus bellos cantos. Ahora, fuera el mejor cantante vallenato porque su estilo es el que se impone'. Diciendo lo anterior, partió María con el recuerdo a cuestas.
Al lado de la tumba del artista está un árbol de roble que por el paso del tiempo se ha secado, pero que se resiste a caer. Tal como esas canciones interpretadas por el ídolo vallenato, que nunca se han dejado de sonar, aunque 'los ríos se desborden por la creciente y sus aguas corran desenfrenadas'.
Los minutos parecían no acabarse, aunque el día a la distancia mostraba un panorama distinto y el sol seguía calentando el camposanto. En ese momento, cuatro jóvenes vestidos de negro preguntaron a quién pertenecía esa tumba.
Al darles la información, uno de ellos señaló: 'Ese era un cantante vallenato que yo escuchaba cuando era muy pequeño'.
Entonces, se dieron a la tarea de saber cuántos años tenían cuando murió Rafael Orozco. El joven que habló y otro compañero tenían 13 y 10 años, respectivamente. Los demás no habían nacido, pero si han escuchado canciones del insigne artista.
El recuerdo sigue andando. El viaje para visitar la tumba de Orozco Maestre fue hecho en un bus urbano. El chofer quería ganarle la carrera al tiempo e iba pitando en toda la vía.
Y, para cualquier vehículo que se le atravesaba tenía una frase celestial. Solamente lo frenaba el semáforo en rojo. Un pasajero pidió la parada y enseguida le dijo en voz alta: 'Pilas, pilas mi llave que voy en viaje liso'.
Más adelante, se subió un joven con una camiseta del Barcelona a vender masticables, a cien pesos la unidad. Su argumento comercial era que llegaba para que los pasajeros endulzaran el momento, y bien barato.
'Ayuden a este pobre ciudadano que se gana la vida moviéndose sin descanso porque el barro está duro. Ya saben como es la jugada'.
De repente y sin que nadie lo pensara sorprendió a todos diciendo: 'Además de ser vendedor de caramelos soy cantante y les voy a regalar una canción de Rafael Orozco, ese artista que nunca muere'. El muchacho sacó fuerza del centro de su corazón y comenzó a cantar:
'El amor es más grande que yo
y que todas las cosas del mundo
más que el cielo, el sol y la tierra.
Es oír una expresión bonita de paz y cariño...'.
Los pasajeros no le dejaron terminar cuando lo aplaudieron porque cantó con mucho sentimiento. Y, al pasar por los puestos, muchos compraron sus dulces y le agradecieron por su canto.
Cuando el vendedor se bajó, el chofer por primera vez sonrió y no tiró su repetido madrazo. 'Ese man es un bacán, se gana sus pesos suave, y no paga impuestos'. La risa fue general.
Cuando me tocó el turno de bajarme el conductor me dijo las siguientes palabras. 'Oye cuadro, te veía anotando en esa libreta. Tírala toda'.
No tenía otra alternativa, sino cumplirle su deseo e ir directo al camposanto para visitar la tumba del inmortal artista. Un sitio donde las mariposas se quedan acariciando las flores; donde la brisa mece las hojas de los árboles.
Allí, el silencio se conviritó en el amigo ideal para que el pensamiento paseara por la nostalgia, esa que le da vida a los recuerdos, une las penas, entristecer hasta el alma y también rememora el momento cuando aquel niño cantaba:
'Dime pajarito, ¿porqué hoy estás triste? no escucho en tu canto la misma alegría'.

Hoja musical de Rafael Orozco. Durante sus 17 años de historia musical, entre 1975 y 1992, Rafael José Orozco Maestre grabó 21 trabajos discográficos, dos con el ‘Comandante’ Emilio Oviedo (‘Adelante’ y ‘Con sentimiento’, ambos en 1975) y 19 con Israel Romero, acordeonero con quien conformó el Binomio de Oro, entre 1976 y 1992.
Con ‘El Pollo Isra’ construyó una lista éxitos: ‘La creciente’, ‘Momentos de amor’, ‘Reconozco que te amo’, ‘Necesito de ti’, ‘Campana’, ‘Relicario de besos’ y ‘Dime pajarito’, entre muchas otras, forman parte de los temas que Orozco realizó con este acordeonero.
Después de la muerte de ‘Rafa’, Codiscos entregó dos álbumes especiales de corte internacional que contienen canciones que dejó grabadas el ídolo de Becerril.