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'El doctor Urbino la encontró sentada frente al tocador, bajo las aspas lentas del ventilador eléctrico, poniéndose el sombrero de campana con un adorno de violetas de fieltro. El dormitorio era amplio y radiante, con una cama inglesa protegida por un mosquitero de punto rosado, y dos ventanas abiertas hacia los árboles del patio por donde se metía el estruendo de las chicharras aturdidas por presagios de lluvia'.

Pequeños detalles como los del fragmento anterior de la novela El amor en los tiempos del cólera describen la Cartagena que amó Gabo. Esa de fachadas históricas que esconden tras sus muros un pasado tan glorioso como cruel, en cuya ornamentación quedaron las huellas de la monarquía española, que de la inclemente Colonia sacó una riqueza cultural incomparable.

La del ardiente sol, la del cambiante clima, la del mar que la rodea. Esa que desde hoy guardará para siempre los restos de quien fue y sigue siendo el literato más importante de Colombia.

Esa heroica ciudad que vio sobre sus suelos la sangre de sus hijos que hasta el cansancio lucharon por la libertad es la misma donde reposarán las cenizas de Gabriel García Márquez. En un busto de mármol con su imagen, ubicado en el Claustro de la Merced de la Universidad de Cartagena, ya se encuentran los restos del Nobel de Literatura colombiano, que será exhibido hoy en una sencilla ceremonia junto a sus familiares y amigos más cercanos.

Ahora, más que nunca, recorrer las angostas calles dentro del centro amurallado llevarán a propios y turistas a los escenarios mágicos del realismo de Gabo. El que muestras a través del amor de Fermina Daza y Florentino Ariza, ambientada entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, en El amor en los tiempos del cólera. Con sus lugares románticos frente al mar y cerca al río, bajo las estrellas del litoral Caribe. En el Portal de los Dulces, debajo de la Torre del Reloj y en la Plaza de los Coches.

Pero también retrató la decadencia de la América esclavista del siglo XVIII en Del amor y otros demonios. La historia de la marquesita Sierva María de Todos los Ángeles refleja los prejuicios y la ignorancia de la que fue presa la capital de Bolívar en tiempos donde aún conquistaba la despiadada España; y los horrores que vieron sus cielos con la Inquisición y la desesperanza del amor.

Pero los encantos de la oscura y luminosa Cartagena llegaron a García Márquez por causalidad histórica, por lo que le habría cambiado el rumbo a la época que lo rodeó en tiempos donde las letras no habían llegado a él…

El Bogotazo

El 9 de abril de 1948, el asesinato del entonces candidato presidencial, Jorge Eliécer Gaitán, desató en Bogotá un episodio de violentas protestas. Saqueos, incendios, muertes y heridos empañaron esa noche y por varios días varias ciudades de Colombia. En ese momento, García Márquez estudiaba Derecho en la Universidad Nacional en la capital del país, y a raíz de esos disturbios su padre decidió que debía continuar su carrera profesional en la Universidad de Cartagena.

'La costa Caribe significó en ese momento un refugio a toda esa ola de violencia que se vivía en la época', cuenta Orlando Araújo Fontalvo, docente del departamento de Humanidades y Filosofía de la Universidad del Norte e investigador del Nobel.

En ese entonces, Gabo conoció La Heroica y quedó fascinado por lo que veían sus ojos. Como relató en su autobiografía Vivir para contarla: 'Me bastó con dar un paso dentro de la muralla de Cartagena de Indias para verla en toda su grandeza a la luz malva de las seis de la tarde. No pude reprimir el sentimiento de haber vuelto a nacer'.

Desde ese momento la relación del escritor de Cien años de soledad con la ciudad se fue haciendo más fuerte: allí incursionó oficialmente en el periodismo, la convirtió en la residencia de su familia, en la sede de su proyecto periodístico y, como se dijo anteriormente, fue escenario de dos de sus novelas.

Pasos del periodismo

A su llegada a Cartagena, Gabriel García Márquez conoció a Clemente Manuel Zabala, jefe de redacción del periódico El Universal, gracias a su amigo Manuel Zapata Olivella, médico, antropólogo y escritor cordobés, quien los presentó.

'Zabala ya había leído los primeros cuentos que Gabo había publicado en el diario El Espectador, mientras vivía en la capital. Y le gustaron. De manera que al día siguiente de ese encuentro, Gabo empieza a trabajar en El Universal', manifestó Araújo. Así se inicia García Márquez formalmente en lo que él mismo denominó 'el mejor oficio del mundo'.

Según afirmó el investigador, en Cartagena también conoce otros personajes importantes en su formación literaria: el poeta Gustavo Ibarra Merlano y Héctor Rojas Herazo, novelista, pintor y periodista sucreño. Ambos fueron determinantes en sus conocimientos sobre literatura clásica y el Caribe.

Con el tiempo, y después de una trayectoria ya recorrida, García Márquez crea la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) en 1994, ubicada aún en la calle San Juan de Dios del Centro Histórico de Cartagena. Una respuesta a su preocupación por estimular la vocación, ética y buena narración en el periodismo.

Última morada

'Gabito amo tanto a Cartagena porque aquí estaba su familia, su mamá. Fue esta su casa, su residencia familiar desde los 20 años', expresó Jaime García Márquez, hermano del Nobel. Tal como él lo afirmó, esa fue la última ciudad de Colombia donde tuvo su última morada.

cartagena nov 17 del 2006 casa del escrito ,Gabriel Garcia Marquez. foto wilfred arias.

En un gran terreno de esquina, ubicada frente al Hotel Sofitel Legend Santa Clara en la ciudad amurallada, el ya entonces Nobel de Literatura mandó a construir una enorme casa de color coral de muros altos, diseños del arquitecto Rogelio Salmona. Ahí pasó los meses antes de su regreso a Ciudad de México, donde poco después falleció el 17 de abril de 2014.

Cartagena fue siempre una de las ciudades del corazón literario de Gabo y del desarrollo de su vida, como lo fueron otros lugares en Colombia y el exterior. Pero como lo afirmó Jaime Abello Banfi, director de la FNPI, 'siendo de Aracataca, viajando tanto a Bogotá y queriendo mucho a Barranquilla, la ciudad que escogió como su residencia fue Cartagena'.

Y su familia le respetó la decisión incluso después de fallecer. Desde el pasado 12 de mayo ese cálido suelo costero alberga a Gabriel García Márquez en forma de cenizas. Hoy será revelada la apariencia de su última morada. Aunque su legado literario seguirá repartido en los rincones más lejanos de todo el mundo.

Hoy se inaugura el busto que contiene las cenizas del Nobel

Las obras de adecuación del claustro de la Merced de la Universidad de Cartagena, donde reposarán las cenizas de García Márquez, estuvieron a cargo del arquitecto Álvaro Barrera Herrera. Se esperaba que fueran inauguradas el pasado 6 de marzo de 2016 –fecha del natalicio del nobel-, pero fueron replanteadas por el hallazgo de un aljibe de más de 300 años de antigüedad. Este hallazgo arquitectónico implicó en el diseño inicial una serie de modificaciones.

Las labores incluyeron la intervención arquitectónica de la edificación y mantenimiento de los espacios, 'pues este proyecto pretende conservar el espacio sin comprometer su estructura portante, ni su distribución interior, ni alterar el resto de sus características formales', indicó la institución. Este trabajo tuvo un costo de 581 millones de pesos.

Las cenizas ya están ubicadas en el busto que se encuentra en el pedestal de mármol, construido especialmente para honrar la memoria del escritor colombiano. Su inauguración se realizará hoy en un evento sencillo, por petición de la misma familia del Nobel, que iniciará a las 4 p.m. y se extenderá por más de una hora.

Se espera la presencia del presidente Juan Manuel Santos en el acto, al igual que la de la ministra de Cultura, Mariana Garcés, y otras personalidades.