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Una primera piedra, puesta en 1971 en un terreno verde ubicado en el kilómetro 5 de la antigua vía hacia Puerto Colombia, de manos del en ese entonces presidente de Colombia, Misael Pastrana, anunciaba el inicio de una construcción que, para sus fundadores, sería la promesa educativa del Caribe, que hoy en día celebra sus 50 años de constituida.

Pero antes de este suceso, la idea de crear un nuevo plantel de educación superior en Barranquilla ya había prosperado. Para 1965, y con el nombre de Universidad del Caribe, fue conformada la junta directiva del entonces proyecto. Sin embargo, un mes después y antes de que el acta de su constitución fuera firmada, el que sería un centro de estudios fue denominado Fundación Universidad del Norte.

Alrededor de 16 empresarios de la ciudad, entre ellos el estadounidense Karl C. Parrish, Ernesto Cortissoz y Julio Muvdi, entre otros miembros de la Fundación Andi, del Instituto Colombiano de Administración –Incolda– y de la ahora llamada Fundación Mario Santo Domingo, fueron los encargados de firmar dicha acta, en la que se trazó el comienzo de la universidad.

Iniciaron las clases. 58 estudiantes y 10 profesores le dieron inicio el 11 de julio de 1966 a las clases en este centro educativo, ubicado para ese momento en el barrio El Prado. Bajo la dirección del economista barranquillero Julio Muvdi Abufhele –primer rector del centro académico–, se empezaron a impartir los ciclos básicos de Administración de Empresas y carreras de Ingeniería.

Tres años después de haber comenzado la construcción de la universidad en el kilómetro 5, en el 73, esta obtiene su primera promoción de profesionales y también el reconocimiento oficial del Ministerio de Educación Nacional como institución de educación superior. Seguido de estos hechos, en 1974 es creado el Centro de Investigaciones de la Universidad del Norte, el cual la sitúa hoy entre las 10 instituciones de Colombia más destacadas en materia de investigación, según la organización Sapiens Research Group. Casi cinco años después de este reconocimiento, Uninorte alcanza los 2.200 estudiantes y 9 programas académicos en pregrado y 3 en posgrado.

Para esa época, Ricardo José Peña ingresó a la institución. El profesional, rememorando su estancia en el lugar, habla de unas cuatro pequeñas edificaciones que formaban un cuadrado. Los ahora bloques D, E, B y C fueron las instalaciones en las que este barranquillero recibió clases del ciclo básico de Ingeniería Eléctrica.

Imagen antigua de la Biblioteca Karl C. Parrish.

'Era una universidad al aire libre. Recuerdo que los buses entraban por una isla hasta el primer bloque, que ahora es el D, y se parqueaban hasta que todos los estudiantes se bajaban. Era muy diferente a lo que es ahora, que cuenta con 29 hectáreas', asegura Peña.

Sigue el crecimiento. La creación del sello editorial del plantel, el surgimiento de la emisora Uninorte F.M. Estéreo, el lanzamiento del primer libro con estampilla Uninorte y la creación de la división de ciencias jurídicas fueron los hechos más destacados que para los años 80 marcaron el rumbo de esta institución.

En 1994 y en honor al ingeniero de minas norteamericano, se establece la Biblioteca Karl C. Parrish. Al año siguiente, el estudio de idiomas se tornó un tema indispensable para la universidad, y es creado el Instituto de Idiomas y la edificación donde actualmente funciona.

Tomados de la mano, en 1997, la primera etapa del Hospital Universidad del Norte y la Cátedra Europa aparecen. Pero fue para el año 2002 que en esta institución se encendió una luz de esperanza para los jóvenes de bajos recursos que desearan forjar su futuro académico desde este plantel. Con 14 personas beneficiadas, la Beca Roble Amarillo, la más importante de todas las que ofrecen en el lugar, floreció en Uninorte.

En esta década de los 90, y bajo la orientación del filósofo y humanista, y actual director de la universidad, Jesús Ferro Bayona –quien está en el cargo desde 1980–, la institución acelera su crecimiento en materia de infraestructura.

El Coliseo Cultural y Deportivo Los Fundadores, la sede del canal Uni5TV, el Café Du Nord, el Du Nord Plaza y el Edificio Álvaro Jaramillo Vengoechea fueron levantados en un lapso de seis años. Y, con estas construcciones, fue reformado uno de los espacios que para Antonio Manjarrés, egresado del programa de Relaciones Internacionales, era un escenario para que todos los uninorteños se integraran, con la jocosidad caribe que los caracteriza.

El profesional recuerda este sitio que antes era llamado El Pueblito y hoy es el Du Nord Plaza. 'Era el lugar de esparcimiento, de encuentro con los amigos después de clases, y como era abierto, era más usual el acercamiento con compañeros de otras carreras', dice Manjarrés con nostalgia.

Alberto Martínez, actual director del Programa de Comunicación Social y Periodismo de la universidad, también ingresó al plantel para la década del 2000. Sus primeros pinitos como docente los realizó allí, al ser encargado de dictar dos horas semanales de cátedra de Teoría de Prensa. Luego de unos meses, este periodista fue designado como profesor de tiempo completo. 'Era un reto para mí llegar a una institución en la que todos sienten pasión por lo que hacen', asegura el docente, para quien desde su llegada al plantel la Media Torta –gradas ubicada a las afueras del Centro de Producción Audiovisual, CPA–, ha sido un lugar significativo para él.

Según Martínez, ese es un espacio idóneo porque allí logra siempre encontrarse con estudiantes con los que cada semestre 'me renuevo y con los que oxigeno información. La universidad me ha encomendado la tarea de formar personas con las que construyo conocimiento desde entornos muy amables', reitera.

Actual fachada de la Universidad del Norte.

Los reconocimientos. Además de recibir dos premios India Catalina por programas de televisión, de estar entre las cuatro primeras universidades en recibir la acreditación institucional por su experiencia académica y de recibir una certificación por parte del Consejo Nacional de Acreditación para Ingeniería Industrial, Uninorte en 2011 se posiciona entre las 700 mejores universidades del mundo, según QS World University Rankings.

Iniciando esta década, la universidad también se convierte en la primera en Colombia en ser acreditada por la entidad estadounidense ABET Inc., en todas sus carreras de ingeniería. Hace dos años fue inaugurado el edificio destinado para el estudio de esta ciencia, el cual se sustenta con energía renovable. Para el 2014, también fue abierto el Museo Arqueológico de Pueblos Karib-Mapuka.

Semanas antes de iniciar este 2016, la Universidad del Norte es seleccionada como una de las cinco instituciones de Colombia con el máximo nivel de educación superior, según el ranking Mude, del Ministerio de Educación Nacional.

Actualmente, Uninorte cuenta con una población de 11.184 estudiantes y 425 profesores de planta; el 96% con título de doctorado o maestría. 28 programas de pregrados, 50 maestrías, 14 doctorados y más de 100 especializaciones; además de los programas de educación no formal ofrecidos a través del Centro de Educación Continuada, son ofrecidos por esta institución, una de las más destacadas de la Región Caribe.

Los egresados destacados

Destacadas personalidades del Caribe y de Colombia forman parte de los miles de egresados que desde hace 50 años viene entregando a la sociedad la Universidad del Norte. Entre esos profesionales se encuentran los mandatarios que actualmente llevan las riendas del Atlántico y de Barranquilla. Alejandro Char Chaljub, alcalde distrital para el periodo 2016-2019, es graduado del programa de Ingeniería Civil de esta institución. Y Eduardo Verano De la Rosa, actual gobernador del Atlántico, egresó de Administración de Empresas en 1973. El actual presidente de Avianca, Álvaro Jaramillo Buitrago, y el presidente de la Dimayor y primer vicepresidente de la Conmebol, Ramón Jesurun, entre otras personalidades, hacen parte de las caras destacadas egresadas de esta universidad.

Roble amarillo: Insignia de uninorte

En palabras del rector Jesús Ferro Bayona, el árbol de roble amarillo es el símbolo del pasado terrenal de la institución y prenda de los futuros ideales. Para los años 70, cuando se comienza a construir la primera edificación de Uninorte en el kilómetro 5 de la antigua vía Puerto Colombia, un ejemplar del árbol sobresalía entre la vegetación que había en el terreno. Por esta razón, los fundadores de la institución deciden hacer el guayacán, como también se le conoce, testigo de todo el proceso de crecimiento que ha vivido el plantel. Ahora, este árbol insignia adorna con sus flores amarillas el campus de la institución, que es un espacio natural para el disfrute de sus miembros. Según Ferro Bayona, este roble ha sido el guardián de la universidad y es también símbolo vegetal del amor y el cuidado por la naturaleza que la Uninorte profesa.