Compartir:

La Antigua Aduana de Barranquilla fue el escenario de encuentro de dos maestros de la oralidad: Alexis Díaz Pimienta, trovador e investigador de Cuba, y Lisandro Polo, folclorista del Caribe colombiano, quien ostenta el título de Rey Momo 2016. Esta confluencia cultural es orquestada por el Carnaval de las Artes en su homenaje a la improvisación.

El mano a mano, más que un enfrentamiento, fue un diálogo de ideas que inició con las décimas, una construcción oral de rimas octosílabas, común en la isla cubana y en la región Caribe de Colombia.

'Una décima con estructura de octosílabos en la tradición costeña se puede encontrar en canciones', dice Lisandro Polo antes de ponerse a cantar Santo y parrandero.

'Por sus fiestas novembrinas/ y su santo San Martín/llevamos alegría sin fin/hasta sus playas marina’/ Y en sus horas vespertinas/ se mira la mar serena/ luego la mujer morena/ por el camellón pasea/ y el negro que la desea/ Así eres tu Cartagenaaa', termina de declamar el rey Momo, mientras el trovador cubano lo aprueba antes de contar sobre las tradiciones de su tierra.

'En Cuba, la décima ha estado vinculada durante siglos a todos los ámbitos de la cultura doméstica y social. No hay ningún acontecimiento en Cuba que no se haya cantado en décima', afirma Díaz Pimienta, quien resalta que, así como en el Carnaval de Barranquilla, la décima cantada e improvisada da cuenta de los sucesos políticos de actualidad.

'La décima improvisa normalmente iría con laúd, guitarra y tres; con interludios musicales al principio y en el intermedio, y después viene la respuesta del contrincante y así se van tejiendo', cuenta el maestro cubano, quien ha diseñado un método para enseñar décimas en su país, luego de una investigación pedagógica de más de 20 años.

Lisandro Polo, por su parte, comparte que en el Caribe este arte se está rescatando. 'A partir de las escuelas de música folclórica se está rescatando el papel del decimero', comenta Polo, quien reconoce que la mejor escuela es la práctica, en la que se sigue ejercitando en el contacto constante con los hacedores del folclor en los pueblos del Caribe que son ricos en la tradición oral.

'Ese es un aprendizaje mimético-tradicional, que es cuando uno aprende por repetición de moldes. No se concibe como un método pedagógico formal, pero así se explica que yo aprendiera a crear décimas con cinco años. Me enseñó mi papá, que era un campesino y no sabía nada de pedagogía. Es un método ancestral que ha permitido que perdure la tradición', explica Díaz.

El renacer de la oralidad. Alexis comenta que en Cuba y Latinoamérica, los maestros de la trova moderna, como Silvio Rodríguez, y figuras como Joaquín Sabina, Jorge Drexler, entre otros, están valorando esa raíz cultural de los pueblos de los que nace esta riqueza en el dominio de la palabra. Lisandro Polo asiente y cuenta que la mayoría de festivales de gaitas y de otras expresiones del folclor inician con la figura del decimero.

Díaz recalca, que en tiempos de los digital, la palabra va ganando terreno. 'Hay un renacer general por las artes orales, que estuvo replegada por siglos por la literatura escrita. Ahora la academia se estudia lo oral y está recuperando su espacio sonoro, porque en espacios de la no voz, necesitamos escucharnos'.

Termina en un empate de conocimientos este encuentro musical.