Shanyely Pabuena, de 12 años, visiblemente emocionada, dice que desde que nació lleva la música en sus venas. Muestra de ello, es su maquillaje, que empieza a desvanecérsele en el rostro por el sudor que le produjo la presentación de su grupo: la danza Mapalé Glamurosa, de Soledad, en el marco del evento Semillero del Carnaval 2016.
Fueron 4 minutos que demoró su presentación en el coliseo Elías Chewing, al igual que las otras 120 programadas para el evento. En ese espacio de tiempo, ella y sus compañeras demostraron que no son principiantes en la improvisada tarima. Fueron el centro de atención de las más de mil personas que asistieron al evento, público que, en su mayoría, fue colmado por miembros de las distintas comitivas de las bailadores.
Su amor 'ilimitado' por el baile la lleva a pararse frente muchas personas 'sin sentir pena'. Verla danzar a ritmo de mapalé es, sin duda, una oportunidad para reconocer el talento innato de esta niña de doce años, que, como muchas, es una apasionada de los ritmos caribeños.
Shanyely recuerda que desde sus cuatro años ha estado vinculada a diversos grupos folclóricos. Así, año tras año, va perfeccionando su forma de bailar. Ella ha pasado por distintas escuelas en las que ha ido puliendo sus rutinas, tanto que ya se atreve a decir que baila 'lo que le pongan'.

Semilleros del Carnaval
El evento preserva la tradición como un importante legado en la comunidad. Esta es una premisa que desde hace tres años Carnaval S.A. ha impulsado; muestra de ello fue la presencia de su ‘majestad’ Marcela García Caballero durante la jornada de ayer.
Si bien se inscribieron 120 grupos en esta exhibición todos no asistieron. Aún así, para los organizadores, este es 'un día valioso en pro de los ritmos tradicionales'.
La presentación permite que personas con conocimientos en el tema cultural como veedores, directores de grupos folclóricos y hasta reyes momos de ediciones anteriores del Carnaval, emitan un concepto sobre la puesta en escena de cada grupo. La valoración se hace luego de transcurrido el espacio de tiempo de los participantes en tarima.
El Carnaval, como patrimonio folclórico, busca en todos los casos preservar el legado, y qué mejor manera para hacerlo que con estos niños que apenas están construyendo una carrera como hacedores de esta popular fiesta, una de las principales del país, la cual tiene proyección internacional. El límite de edad para participar en el evento son los 13 años.
'Lo importante es que los grupos de cumbia, garabato o letanías tomen la valoración y traten de mejorar para presentaciones futuras. Durante este día se han presentado unos grupos muy buenos', explicó Ubaldo Mendoza, rey Momo 2004, miembro del jurado calificador.
Varios de los jóvenes talentos que se llenan de valor para presentarse en este semillero, expresan que es cuestión de sentir esa pasión que corre por sus venas al oír la música; algo que los invita a divertirse, una experiencia que los hace sentir que marcan la diferencia y que los llena de sabor Caribe.