Con más de una hora de retraso-precisamente a las 3:50 p.m.- la barranquillera y reina universal Paulina Vega Dieppa bajó de la camioneta de transporte interdepartamental que la llevó hasta el punto de salida de su breve recorrido por las calles de la ciudad que la vio nacer hace 22 años.
El vehículo-escoltado por camionetas particulares, motos y carros de la Policía-se estacionó en la calle 36 con carrera 45, en el centro de Barranquilla, e inmediatamente un grupo de personas se agolpó sobre sus puertas, con los celulares y las cámaras profesionales en alto, intentando tomar una foto de cerca de la joven que el pasado 25 de enero se ganó el título de la mujer más hermosa del universo.
Antes de que la soberana emergiera de la furgoneta, las puertas de esta se abrieron y cerraron en diferentes ocasiones, llenando de emoción a los seguidores, hasta que finalmente y después de que salieran de la misma los miembros de su familia y de la organización de Miss Universo que la acompañaban, Paulina se reveló ante el público con una cálida sonrisa, vestida de blanco de pies a cabeza y mostrando el rostro que la hizo merecedora de su título.
Un recorrido caluroso. Ni la amenaza de lluvia, ni el húmedo calor fueron impedimentos para que algunos ciudadanos de La Arenosa se congregaran desde las 10:30 a.m. en el lugar que se había anunciado como punto de partida de un recorrido histórico para los barranquilleros.
Fue el caso de Ronald Flórez, de 32 años, quien se encontraba en el sitio con varios miembros de su familia y algunos amigos. 'Esto es algo que no se ve todos los días. Estamos muy emocionados de estar aquí, apoyando a Paulina', comentó Flórez, quien sostenía una bandera de Barranquilla junto a sus acompañantes.
Los pitos, cantos y el ritmo de la salsa llenaron el ambiente, mientras que otras personas-que en este punto del recorrido no representaron una multitud significativa- empezaban a llegar al lugar.
Una vez arribó Paulina, el camión de bomberos empezó a andar y los asistentes iniciaron una carrera para no perder ni un segundo de vista a la mujer más hermosa del universo, quien ni siquiera esquivando algunos cables de energía eléctrica que amenazaban con tumbarle la corona, perdió su sonrisa y su gran entusiasmo al saludar al pueblo barranquillero que la recibió con entusiasmo.
Las llaves de la ciudad. La reina avanzó en el camión de bomberos sobre la carrera 45 hacia la Plaza de la Paz, el punto final del recorrido. En el camino, el vehículo atrajo a diferentes personas que se encontraban transitando por las calles o en las tiendas de las esquinas, como si tuviera grandes imanes invisibles.Estas, sin dudarlo, empezaron a correr detrás del carro, con la esperanza de darle un vistazo a Paulina y gritando con gran emoción.
Al llegar al destino final, la soberana desembarcó con su comitiva en las escalinatas de la Catedral Metropolitana, donde la esperaba una gran multitud y en donde fue recibida por la banda de la Escuela Distrital de Arte.
'Me siento orgullosa de ser la alcaldesa de Barranquilla, con una Miss Universo', dijo Elsa Noguera durante una breve ceremonia en la que entregó las llaves de la ciudad a la soberana.
Posterior a la entrega, la reina expresó su alegría por el recibimiento. 'No saben la emoción que tengo en este momento...este triunfo es de ustedes', expresó ante el público. Acto seguido y en una pequeña pasarela dispuesta para el evento, la reina desfiló al ritmo de la canción La mujeres de mi tierra, saludando y tomándose ‘selfies’ con el carisma que la caracteriza.