Desde que fue escogida como soberana del Carnaval de Galapa, Ana Margarita Vargas Cuida se mentalizó en hacer un fiesta que fuera recordada. Por eso, como dice ella, ha estado de cerca con el pueblo galapero que le ha demostrado toda su admiración como reina de esa población.
Y ese mismo pueblo se volcó el sábado hacia Santo Tomás a respaldarla en su participación en el Reinado Intermunicipal, resultando ganadora entre diez participantes de igual número de municipios.
Ana Margarita hizo un buen desempeño en el Carnaval tomasino, tanto que desde que la entrevistó el jurado estuvo en la mira de los cinco miembros por su desenvolvimiento, expresión oral, alegría, bonita fantasía, sumado al diseño que mostró su carroza en la Batalla de Flores, decorada con tótem y grandes máscaras en madera, que le merecieron comentarios favorables de propios y foráneos, por elegir las artesanías carnavaleras de su población.
La reina Intermunicipal tiene 21 años de edad, es economista de la Universidad del Norte y se ha caracterizado por su personalidad arrolladora y su inteligencia. Además de ganar tres millones de pesos y una beca de estudios, Ana Margarita representará al Atlántico en el Reinado Nacional de Bambuco, que se realiza del 12 al 28 de junio en Neiva, Huila.
Fuerte contrincante. Sin embargo, Ana Margarita tuvo como fuerte competidora a la representante de Sabanalarga, Dayana Paola Pizarro Mendoza, quien conquistó el virreinato. La estudiante de comunicación social de la Corporación del Minuto de Dios, hasta el último momento estuvo como merecedora de la corona, pero por su minoría de edad (17 años) se le escapó el título.
'Como jurado tuvimos toda la autonomía para elegir a la participante de Sabanagrande, que reunía las condiciones físicas, alegría e inteligencia para ser la reina. Los organizadores del certamen intermunicipal aceptaron su inscripción, pese a su minoría de edad, lo que le permitió competir y ser calificada', dijo Alfredo Palencia, uno de los miembros del jurado, quien además expresó que otro aspecto que se tuvo en cuenta es que Dayana por ser menor de edad no podría participar en el Reinado Nacional del Bambuco, porque uno de los requisitos es que las concursantes sean mayores de edad.
Como princesas fueron nombradas María Alejandra De la Hoz, de Soledad; Melissa Cristina Abella Prada, de Puerto Colombia, y Duyardis Gil Escorgia, de Palmar de Varela.
Reina ‘todoterreno’. La reina anfitriona, Maryle Loreyn De la Hoz Fruto asumió desde su nombramiento que no entraría en la competencia del Reinado Intermunicipal.
'Creo que era lo mejor porque así podía estar atendiendo a las participantes de la otras poblaciones participantes sin la presión de competir por la corona. Además me permitió integrarme más y dar a conocer mucho más las bondades de mi municipio', manifestó la reina tomasina, quien es dueña de una energía inacabable que puso a prueba a lo largo del recorrido donde salto, bailó, cantó y bailó sin muestra de agotamiento.
Pollera. En la versión 39 del Reinado Intermunicipal, las candidatas inscritas tuvieron que someterse a la prueba de bailar el porro negro, ritmo que se quiere rescatar y que es típico de esta zona del departamento del Atlántico.
Las reinas intermunicipales al llegar al gigantesco templete, ubicado en la plaza principal, se despejaron de las fantasías recamadas en pedrería y cargadas de plumas multicolores para vestirse con la pollera que representa el porro negro. Con esta prenda típica estuvieron en la velada de coronación.
Una por una subió al escenario y fue ejecutando este ritmo, para lo cual tuvieron que aprender para asumir esta prueba que no fue calificada por el jurado.
Las representantes de Galapa y Santo Tomás fueron las que mejor interpretaron el ritmo, aunque esto a ninguna de las dos le ayudó a sumar puntaje.
¿Qué es el porro negro?
La corriente folclórica del porro negro, viene del río como voz que le canta a la libertad, envuelta en la piel del negro y en las piernas valientes del aborigen de la costa. Algunas voces alimentan el origen en las barcas de Ciénaga, en el hombre que llegó no solo con el alegre, también con el alma de África. Este ritmo folclórico se tomó cada rincón del pueblo tomasino en las fiestas populares y la rueda de la cumbia. El porro negro avivó la alegría. En Santo Tomás donde se ancló y como niño se resistió a seguir caminando para engrandecer su cultura venida de sus ancestro africanos.