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El sentido de mamagallismo que identifica a los nativos de esta región, en especial a los barranquilleros, ha llevado a crear grupos y personajes de identificación únicos en épocas de Carnaval.

Es el caso de la marimonda y las Farotas de Talaigua. El primero es un disfraz que nació en las entrañas de esta ciudad y que fue tomando fuerza con el paso de los años. El segundo, una danza, llegó de la Depresión Momposina a raíz de un ritual de venganza que se daba en la época de la Colonia entre indios nativos, esclavos africanos y españoles.

Harold Ballesteros, integrante del equipo que preparó el dossier de candidatura ante la Unesco para la declaración del Carnaval de Barranquilla como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, afirma que 'la marimonda en su sentido práctico no pudo hacer parte del grupo de danzas tradicionales que fueron incluidas para la declaratoria debido a su condición de disfraz urbano, ya que fue creado en la ciudad'.

De Barrio Abajo con amor. César Paragüita Morales Mejía es un barranquillero nacido en Barrio Abajo. El aprecio por las costumbres propias de la ciudad lo llevó a desempolvar hace 31 años un personaje que había sido 'discriminado del Carnaval', según Morales.

'No se sabe quién fue la primera marimonda, lo cierto es que era un disfraz detestable, a nadie le gustaba porque era vulgar y burlón, por eso lo sacaron del Carnaval. Su atuendo constaba de una chaqueta y un pantalón volteado, una enorme corbata y una máscara que tenía grandes ojos y una enorme nariz, simulando el miembro viril del hombre, a los lados tenía unas orejas grandes echas en cartón'.

En 1983, Paragüita pensó que la marimonda era el único disfraz que el barranquillero había aportado al Carnaval, por ello decidió retomarlo y conformó la popular comparsa Marimondas del Barrio Abajo.

'Iniciamos con 40 marimondas y hoy somos 900 que participamos durante los cuatro días de Carnaval, bailando diferentes ritmos como merecumbé, puya y fandango', dice. Actualmente participan en la fiesta barranquilla diez grupos de marimondas, los cuales concursan en la modalidad de comparsa de tradición.

Soy talaigua, soy farota. Según el dossier de la Unesco, 'las Farotas de Talaigua son una danza originaria del municipio de Talaigua, en la región anegadiza que se conoce como la Depresión Momposina. Es una danza tradicional creada a partir de hechos históricos acaecidos en la época de la Colonia'.

La anécdota que sustenta este histórico documento se refiere a la danza que trata la historia en que los españoles colonizadores asediaban sexualmente a las mujeres nativas abusando de ellas. Por su parte, los indígenas varones, para defenderlas, se disfrazaban en las noche con los atuendos de sus mujeres y esperaban bailando a los intrusos agresores confundiéndolos con engaños, cuando se acercaban los asesinaban a cuchillazos como para defender el honor de sus mujeres.

Esta versión la corrobora José Guillermo Ospino danzante de las Farotas de Talaigua, el único grupo de farota que participa en el Carnaval de Barranquilla. 'Bailo en la danza desde que tengo 4 años porque mi abuela Etelvina Dávila de Ospino fue la directora que trajo esta manifestación folclórica al Carnaval de Barranquilla'. 

El vestuario de las farotas está compuesto por una franela ajustada, llamada popularmente 'amansa-loco' y encima llevan una gola adornada con profusión de lentejuelas y canutillos. Los aretes largos y extravagantes van pegados al sombrero que tiene un ala recogida al frente adornada con flores artificiales.

También utilizan una falda amplia con muchos pañuelos que cuelgan de la faja. En los pies lucen las típicas abarcas que usan los campesinos de la región y en las manos llevan agarrada una sombrilla de colores. 'Las farotas bailamos ritmos como el son lavada, son perillero y son farota. Son sonidos bellos que representan el legado indígena de mi familia' concluye Ospino.