La duquesa de Alba, la mujer con más títulos nobiliarios de España, falleció ayer en su casa de Sevilla y deja la imagen de una aristócrata que, fiel a las tradiciones de su rango y su dinastía, fue capaz de superar las convenciones sociales y vivir sin ataduras.
Cayetana Fitz-James Stuart y de Silva, décimo octava duquesa de Alba, murió a los 88 años después de presentar quebrantos de su salud en los últimos días.
Se casó tres veces: sus dos primeros maridos murieron y con el tercero, 24 años menor que ella, contrajo matrimonio en 2011.
Todos sus hijos y su marido, Alfonso Díez, la rodearon en sus tres últimos días de vida, cuando fue trasladada desde el hospital hasta su casa del palacio de las Dueñas de Sevilla, la ciudad en la que siempre se sintió más a gusto.
Está previsto que una parte de las cenizas sea enterrada en el panteón de la familia Alba a las afueras de Madrid y la otra depositada bajo el Cristo de los Gitanos, en el altar mayor de la capilla de esta hermandad en Sevilla, de la que era seguidora fervorosa.
'Aquí yace Cayetana, que vivió como sintió': Ese es el epitafio que Cayetana de Alba había elegido para su sepultura, según escribió en 2011 en un libro de memorias.
El reparto de la herencia. Tres meses antes de su matrimonio con el exfuncionario Alfonso Díez Carabantes, el 5 de octubre de 2011, la duquesa de Alba firmó ante notario en Madrid el reparto del grueso de su herencia, valorada en unos 3.000 millones de euros (más de 8 billones de pesos colombianos), entre sus seis hijos.
Alfonso Díez, de 64 años y que inició la relación con la duquesa en 2008, firmó en febrero de 2011 sus capitulaciones matrimoniales, un total de quince cláusulas por las que renunciaba a 'cualquier título, derecho u honores que le pudiera corresponder fruto de su matrimonio'.
Pero aquel gesto, a instancias del propio Díez, no pareció suficiente para los hijos de la duquesa, que el 4 de julio de ese mismo año los reunió a todos en una notaría de Madrid para repartir anticipadamente buena parte de su patrimonio personal e histórico.
El patrimonio de la Casa de Alba está valorado en unos 3.000 millones de euros, según estimaciones de la revista Forbes, entre palacios, castillos, terrenos agrícolas, valores bursátiles, obras de arte y joyas, además de 51 títulos nobiliarios.
La parte principal del patrimonio lo dirige la Fundación Casa de Alba, creada en 1975 y a la que pertenecen tres palacios y cinco castillos y el panteón familiar en el monasterio de la Inmaculada de Loeches (Madrid), entre otros bienes.
En cuanto al patrimonio personal de la duquesa, que ascendería a unos 1.000 millones de euros (más de dos billones de pesos), se divide en tres partes iguales: la legítima, la de mejora y la de libre disposición.
Cada hijo heredaría unos 55,5 millones de euros (más de 150 mil millones de pesos) de la legítima y otros tantos de la parte de mejora. Pero la parte de libre disposición, la duquesa podría repartirla libremente, legándola a asociaciones benéficas o a su viudo, 24 años menor que ella.
Según el acuerdo alcanzado ante notario, la Fundación Casa de Alba pasa al primogénito y heredero, Carlos Fitz-James Stuart, que tendrá la responsabilidad de preservar el legado histórico. Será él quien herede la mayoría del medio centenar de títulos nobiliarios de la casa. Efe