Compartir:

Cambiar la vida, modificar el paisaje, hacerlo siempre diferente fue la misión que cumplió hasta ayer en esta aldea Jorge Vargas Núñez, con la ayuda de sencillos elementos.

Para él la vida siempre fue una fiesta, se la inventaba, se la gozaba con globos de colores, con una cámara filmadora, con su amena conversación y con su carcajada.

Una estela de globos en manos de jovencitas de colegios de Barranquilla desfilando al compás de rítmicos movimientos hace unos 27 años dieron inicio a su sobrenombre el Loco de los globos. Pero no solo logró fama por imponer el uso de globos en las fiestas de todos los niveles sociales, en las carrozas del Carnaval o en el estadio, sino por su manera espontánea, franca y a la vez elegante de decir y hacer las cosas.

Con convencimiento y entrega trabajó bien como corresponsal de noticieros de televisión a nivel nacional como 24 Horas o TV Hoy o filmando eventos sociales.

Su destreza y capacidad periodística innata para encontrar sucesos en la calle hacía que lo buscaran de agencias periodísticas de todas las latitudes.

Su plataforma inicial en materia visual fue un encuentro con los hermanos De Biasse, quienes tenían una cámara de cine.

Luego Vargas Núñez logró ir a Estados Unidos y trajo una filmadora 3/4 para consagrarse por esfuerzo propio en experto de la imagen.

Constantemente era requerido por periodistas para que hiciera las imágenes. Estuvo con Jorge Cura en Beirut en los años 70, recuerda su hijo mayor, Rafael, comunicador social, especialista en cine de la Universidad del Norte.

Con una cámara filmaba y con la otra daba órdenes, dice su hijo citando un episodio reciente cuando su padre logró detener la caravana de escoltas del expresidente Álvaro Uribe para que le dieran paso a una quinceañera que tenía a la familia preocupada por su tardanza. 'Logró que Uribe se tomara una foto con la cumplimentada'.

Así fue siempre, conseguía lo que se proponía. No obstante, no pudo detener la enfermedad que hace un año capeaba con la esperanza puesta en el Señor. Ayer, murió preocupado por su hija menor, Ligia.

Jorge Vargas, sinónimo de locura creativa, de invitado constante a la radio señalando de manera crítica los problemas de Barranquilla, su ciudad natal, en donde se graduó de bachiller en el colegio Colón, en donde nació también su hijo Jorge Enrique, donde logró convencer a la sociedad que valía la pena atesorar momentos familiares en una grabación porque la vida es efímera, como esos globos que tanto le gustaban contemplar o sencillamente dejarlos volar.

Por Martha Guarín R.