Hay personajes y temas que persiguen a los grandes creadores durante la vida y que no les permiten descansar hasta que pueden poner el punto el final.
Pambelé y su vida han sido una constante en el trabajo periodístico de Alberto Salcedo Ramos, quien desde el comienzo de su carrera como cronista desentrañó la historia del más grande deportista colombiano del siglo XX, quien combatió 21 peleas de título mundial en la categoría de los welter junior y es el único atleta de nuestro país exaltado en el Salón de la Fama del boxeo de la AMB (Asociación Mundial de Boxeo).
Este año, el escritor costeño presenta su más reciente publicación titulada: El oro y la oscuridad. La vida gloriosa y trágica de Kid Pambelé.
El lanzamiento del libro se da en ocasión de la celebración del aniversario número 40 del título mundial del campeón.
Esta publicación cuenta con ochenta páginas inéditas de las que tenía la primera edición, reproducida en 2005.
También incluye historias nunca antes contadas del ídolo, aspectos como su vida en Cuba (cuando fue internado en un hospital de La Habana para tratar su adicción a las drogas); detalles de sus peleas más significativas y anécdotas.
El libro cuenta con un detallado archivo de prensa, fotografías, el récord oficial del boxeador y el prólogo fue escrito por Daniel Samper Ospina.
Salcedo Ramos confirmó a este medio que el canal RCN hará un seriado sobre la vida de Pambelé para la televisión nacional, basado en este libro, que cuenta magistralmente el estremecedor drama de este personaje, que una vez fue descrito por Juan Gossaín como “el coloso que le puso dinamita a su propia estatua”.
¿Cómo llegó la historia de Kid Pambelé a su vida?
Recuerdo como si fuera ayer la mañana en que mi abuelo me despertó para contarme que Colombia había amanecido con un campeón mundial de boxeo. Yo tenía nueve años y vivía en San Estanislao, pueblo del norte de Bolívar, más conocido como Arenal. Cuando mi abuelo me dio el nombre del nuevo campeón, quedé estupefacto: Kid Pambelé. Qué nombre tan raro, pensé, jamás lo había oído mencionar. Pero eso sí: el tal apodo llegó para quedarse. A mí Pambelé me ha servido para confirmar una sabia sentencia de Hemingway que siempre ha guiado mi oficio de cronista: “escribe sobre lo que conoces”. Los mejores temas son los que lo habitan a uno incluso desde antes de que uno decida contarlos, y este ha sido mi caso con la historia de Kid Pambelé.
¿Cómo es el campeón en la cotidianidad?
Te voy a decir algo: si no fuera por el problema de las drogas y el licor, Kid Pambelé habría sido el caballero más intachable del deporte colombiano en todos los tiempos. Cuando Pambelé está sobrio, nadie se comporta mejor que él. Tiene un toque de distinción único, es fino en el trato, de modales atildados. Cuando Pambelé está sobrio tú puedes confiarle todos tus ahorros o enviar con él a tu sobrino más querido, que él se encargará de responderte como un caballero. El problema es cuando recae en las drogas.
¿Cómo ve el boxeo que se practica en la actualidad comparado con la época de Pambelé?
Pambelé es el símbolo más importante de una época en que todavía el boxeo significaba algo en nuestra cultura. En este mundo de hoy, dominado por los fanáticos de la corrección política, los boxeadores son gladiadores pasados de moda. En este país el sicariato reemplazó el boxeo como oficio para los desesperados. Antes el que tenía el agua al cuello se subía al ring a jugarse el pellejo. Ahora muchos prefieren ganarse el dinero dedicándose a la industria del crimen, que es la única inmune a la recesión en este país injusto y excluyente
¿Cómo describe esta publicación?
El oro y la oscuridad es un libro profundamente Caribe, no solo por su protagonista y por el tono del autor, sino también porque hace un retrato de época, con sus personajes, con sus costumbres.
¿Es cierto que Pambelé dijo alguna vez “es mejor ser rico que pobre”?
Un día se inventaron una frase y la pusieron en boca de Pambelé para ridiculizarlo: “es mejor ser rico que pobre”. En realidad, Pambelé nunca dijo eso. Y si lo hubiera dicho, ¿cuál sería el problema? Lo que sucedió fue que, a comienzos de los años 90, un imitador de voces del programa La Luciérnaga pronunció la frase mientras hacía una parodia de Pambelé. Si acaso Pambelé hubiera dicho la frase, repito, ¿cuál es el problema? Los hijos de Uribe no lo han dicho, pero la aplicaron de sobra durante el gobierno de su padre, y nadie se burló de ellos.
Por Lina Robles Luján
lina.robles@elheraldo.com.co