Este desahogo, a manera de llamado reflexivo dirigido al nivel central que casi nunca suele tenernos en cuenta cuando toma decisiones que nos afectan más a los que estamos -como nosotros- ubicados en las periferias de su reino capitalino que a sus coterráneos del altiplano, no pretende orquestar una rebelión de masas. Aunque debería. No se trata de oponerse, porque sí, al sistema de incentivos con el que el Ministerio de Minas y Energía apuesta por la zanahoria y el garrote para bajar por la fuerza el consumo de un país que transita por el filo del racionamiento, sino de exponer a manera de defensa la situación de una región a la que insisten en hacerle el feo, desconociendo sus realidades, metiéndola en un mismo saco, como han hecho ahora equiparando su elevada demanda energética con la del conjunto nacional. O como han hecho antes imponiéndole un régimen tarifario que es un 30 % más costoso que el del resto de la nación.
El aumento fue del 0,08 %, de acuerdo con el reporte de XM.
El presidente de la corporación, Iván Name, explicó que la medida será aplicada tres horas al día.
El ministro Andrés Camacho insistió que los apagones no están entre las medidas que se están contemplando en el corto plazo.
El ministro anunció medidas adicionales para las próximas semanas contra un eventual apagón.