Su presencia es inconfundible. Una figura imponente con una gran barba blanca que parece contener décadas de experiencias y enseñanzas. Aunque su apariencia es serena y solemne, su espíritu es festivo y lleno de vida. Así nos recibió Darío Moreu para relatar los guiones que han escenificado su vida.
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Dramaturgo, docente de la Universidad del Atlántico en la Facultad de Bellas Artes, director de teatro y líder de la Asociación Cultural Ay Macondo, organizador de la Carnavalada, toda una leyenda viva alrededor de un oficio que deseó ejercer desde que tenía memoria.
La Casa Moreu, ubicada en el barrio El Prado, es todo un reflejo de la creatividad que lo caracteriza. Allí, los apasionados por las artes escénicas se entregan con devoción a la creación de vestuarios y escenografías que transportan a los espectadores a un mundo de fantasía y tradición.
Y es que La Carnavalada es todo un recinto de teatro, show de payasos, malabarismo, música, letanías, danzas y, en general, manifestaciones artísticas contemporáneas que se muestran como un espacio cultural alterno a las tradicionales actividades del Carnaval.
'La Carnavalada surge después de todo un proceso que nosotros habíamos desarrollado con una investigación que estábamos haciendo sobre teatro y Carnaval y habíamos tenido varias participaciones con personajes, con disfraces, tanto individuales como colectivos, y más o menos ya llevábamos un tiempo como de cinco años participando y pensábamos que ya ese ciclo se terminaba y que habría que comenzar un nuevo momento'.
Esa nueva etapa se inició en el 2001, cuando empezó a reflexionar en que el teatro necesitaba un espacio estacionario y no solo de desfile.
'Queríamos que se pudiera apreciar mejor toda la expresión escénica, y entonces fue ahí donde ingeniamos hacer un festival de teatro y carnaval al aire libre, donde tuvieran las artes escénicas un espacio para mostrarse. Sobre todo pensamos en las danzas tradicionales, tanto las danzas de relación como las danzas especiales del carnaval, en el teatro contemporáneo que se hace para espacios abiertos y en la música tradicional'.
La clave el éxito
Entrar a la Casa Moreu es adentrarse en un pedacito del alma festiva de la ciudad. Las paredes están cubiertas con cuadros que capturan la esencia y energía del Carnaval de Barranquilla. Cada pincelada parece bailar al ritmo de la música y las tradiciones que hacen vibrar a la ciudad durante esos días de celebración.
Es un lugar que ha sido testigo de talentosos artistas que han podido entregar su talento durante más de 20 años ininterrumpidos integrando la fiesta.
'El público viene aquí a otro tipo de eventos, no al evento acostumbrado, es un evento que tiene más un carácter cultural y artístico y que bueno eso que sea participativo, que no tenga estratificación y muchas vallas. Todo el mundo hace parte del evento, pienso que eso es un atractivo importante'.
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El pequeño teatro, íntimo y acogedor, es el corazón del proyecto de Darío. Su mirada es una chispa de determinación y su sonrisa un reflejo del amor que siente por su vocación. Cada mañana se despierta con la certeza de que el arte es su camino.
'Yo creo que sí es posible vivir de la cultura. Desde que terminé el bachillerato le aposté a que mi disciplina iba a ser el teatro, realmente yo he vivido el teatro. Hoy de pronto combino la actividad artística con mi actividad docente, pero mi actividad docente también tiene que ver con el teatro'.
Aunque el camino no siempre ha sido fácil, su pasión y dedicación son inquebrantables. Ha aprendido a navegar las aguas turbulentas de la industria artística, a sortear las dudas y los obstáculos con la convicción de que la cultura tiene un lugar en el mundo.
'No es fácil, como cualquier actividad artística en estos países latinoamericanos siempre van a ser bastante dificultoso, pero si uno tiene el empeño y la decisión y el convencimiento de poder asumirlo como una forma de vida, yo pienso que se puede vivir del arte, del teatro'.
Nació para hacer arte
Este hombre apasionado no solo crea, sino que también comparte su conocimiento y experiencia con otros artistas jóvenes. Su casa es un espacio de aprendizaje y crecimiento, donde las mentes creativas encuentran inspiración y guía para perseguir sus propios sueños en esta disciplina.
'Mi vocación era para el arte, no me he dedicado a otra cosa sino a eso. No me veo haciendo otra cosa que no sea servirle al arte. Esa es mi vida y a esto me voy a dedicar para siempre. Cualquier actividad que uno haga en la vida si uno está convencido de eso y cree en eso que está haciendo y se dedica con disciplina tiene toda la posibilidad de ser un buen profesional'.




















