“Mi padre siempre fue un amante de los carnavales y del mar”
Hija del fallecido comediante Marcelino Rodríguez, Mandíbula, contó para EL HERALDO detalles de su vida en familia, lejos de las cámaras que lo hicieron famoso por sus interpretaciones en Sábados Felices.
Las tres últimas palabras que expresó esta madrugada Marcelino Rodríguez Bastidas en su lecho de muerte fueron: “Yoya, Yoya, Yoya”, en referencia a su eterna pareja Gloria Grajales. Luego de eso, médicos del centro asistencial en el que permanecía desde hacía un par de días, en la capital del país, informaron sobre el deceso del comediante hacia las 5:00 de la mañana de este viernes 27 de mayo.
Así lo manifestó Sandra, una de las hijas que dejó el icónico personaje del programa televisivo Sábados Felices, conocido por todos como ‘Mandíbula’, y que marcó la vida de varias generaciones de colombianos.
En diálogo con EL HERALDO, Sandra señaló que su padre, quien tenía 72 años de edad, venía padeciendo Alzheimer desde hacía varios años, pero ahora también batallaba contra el covid-19. Y al final, aparentemente, esto último fue lo que se lo llevó.
“En este último año su salud se fue agravando por la enfermedad, tenía demencia senil, pero siempre recordaba a su círculo más cercano. Cuando llegábamos a la casa nos decía el nombre y nos hacía un gesto o una mueca, esas mismas que todo el mundo conoció a través de la televisión”, detalló Sandra.
Recordó que un mes antes, es decir el pasado mes de abril, todos sus familiares se reunieron en Bogotá porque médicos le habían dado a Marcelino pocas horas de vida, pero, luego de una recuperación, ordenaron en junta su traslado a su vivienda para que continuara con “cuidados paliativos”.
Sin embargo, Sandra fue clara y afirmó que en su momento los galenos solo le daban a su padre poco tiempo de vida.
Sobre sus últimos días en casa, la hija de Marcelino dijo que este solía escuchar música de antaño, permanecía sentado en una silla o acostado. Además veía con permanencia a través de You Tube los viejos programas de Sábados Felices en los que él aparecía.
“Era una persona que permanecía escuchando música viejita, veía los programas que había hecho en Caracol Televisión, se lo poníamos en YouTube, eso era lo que le gustaba ver. Además permanecía mucho tiempo acostado”.
Frente a su forma de ser, su hija reveló que: “antes de su enfermedad, era una persona que estaba pendiente de todos, no estaba tranquilo si no te atendían bien. Si estábamos en un restaurante, era pendiente de que trajeran el plato, la gaseosa o el postre. Siempre fue así. Pendiente de todos, ese era Marcelino que, bajo su cara, bajo su aspecto de parecer una persona fuerte, de mostrarse como alguien feo, porque así no las vendió la televisión colombiana, era una persona con un corazón muy noble”.
La conexión del comediante de Sábados Felices con la región Caribe, según Sandra, siempre fue permanente. “Lo que más le gustaba era venir a la costa y a los carnavales, tanto con el elenco de Sábados Felices como solo. Le gustaban mucho los carnavales de los pueblos, en especial el de Santo Tomás. También le agradaba mucho el mar”.
La mujer indicó también que esa conexión con la Costa también la heredó ella, pues desde hace unos seis años reside en Barranquilla con su pareja.
Finalmente, de acuerdo con Sandra, el legado que les dejó Marcelino a ella y a todos sus nueve hermanos fue el de que: “Nos enseñó a manejar todas las situaciones con tranquilidad, nos decía que para toda dificultad de la vida había una solución”.
Las exequias de este personaje de la televisión colombiana se llevarán a cabo este sábado en la capital del país.
