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Sociedad

Joan Pons: a un año de vacunarse con AstraZeneca

El enfermero español fue uno de los primeros voluntarios en aplicarse la fórmula de Oxford y AstraZeneca.

A poco más de un año de convertirse en uno de los primeros miembros del personal sanitario del mundo en ponerse una vacuna experimental contra la covid-19, Joan Pons escribió un libro a manera de terapia para resumir su función en la primera línea de batalla de la pandemia.

Este enfermero español, radicado en el Reino Unido, describe la experiencia vivida en estos últimos catorce meses en Destino y Esperanza. El libro narra desde el horror de ver a personas morir en sus manos hasta la ilusión de hallar una luz al final del túnel en esta guerra sin cuartel contra el coronavirus.

En diálogo con EL HERALDO, Pons dice que “la fuerza del destino” lo llevó a ubicarse en la primera línea de batalla. Llegó al Reino Unido a finales de 2019 con la esperanza de un mejor futuro profesional, pero el inicio de 2020 lo sorprendió con la primera ola de covid-19. Sin embargo, lo peor estaba por venir. En enero de 2021 un “tsunami de muertes” lo rodeó.

“Nunca pensé que experimentaría el horror que viví. Tener la muerte tan cerca y sentir la angustia al tener que ir a trabajar, abrir las puertas de mi unidad y no saber si yo sería el siguiente”. 

Los momentos más duros en su lucha contra la pandemia los experimentó cuando sus pacientes, en el lecho de muerte, lo tomaban de la mano pidiéndole ayuda y suplicando con la mirada que no los dejara partir al más allá.

Relata que toda esta situación lo agobiaba, pero no sabía cómo expresarlo. No quería preocupar a su esposa ni al resto de su familia, pero las emociones fueron más fuertes que su voluntad y sufrió un ataque de ansiedad que le obligó a buscar apoyo psicológico. Una profesional fue la que lo invitó a escribir. 

 “El primer capítulo que escribí fue el de la lucha contra la covid-19, desde ahí me picó el gusanito de la escritura”.

La vacuna

Cuando el mundo ya empezaba a hablar de un antídoto contra la covid-19 y las farmacéuticas anunciaban sus fórmulas, Joan Pons se prestó como voluntario de la fórmula de Oxford/Astrazeneca.

El 5 de junio de 2020 se vacunó con la fórmula experimental. Dice que desde esa fecha hasta la actualidad no ha presentado ningún síntoma y si tuviera la oportunidad de ser voluntario no lo dudaría.

“Me da mucha satisfacción haber sido una de las más de 100 mil personas en haber sido voluntarios porque con nuestro granito de arena estamos saliendo en Reino Unido de esta pandemia”.

Luego de ser uno de los primeros voluntarios del planeta siguió su vida bajo las nuevas condiciones impuestas por el virus y sometiéndose a pruebas semanalmente para hacerle seguimiento a su estado de salud tras la vacuna experimental.

En octubre empezó a sentir congestión nasal y dolor de cabeza. Por ser voluntario tuvo que comunicarse de inmediato con la Universidad de Oxford para manifestar los síntomas. Pensó, según él, que estaba resfriado. De hecho le achacó la pérdida de olfato a la congestión, pero una prueba PCR arrojó que era positivo para covid-19.

Al principio sintió miedo porque no estaba seguro de haber recibido la vacuna o un placebo, pero por fortuna para él los síntomas fueron leves.

Pons tuvo que aislarse unos días, su esposa pasó a dormir a otra habitación y él mataba el tiempo jugando en el celular y escuchando música de Mecano, su banda favorita.

Él mismo explica que aplicarse la vacuna no es garantía de no contagiarse con el virus, sino que es una forma de evitar cursar una enfermedad grave que haga necesaria la remisión a un hospital o en el peor de los casos, la muerte. 

“Lo que hace la vacuna es preparar al batallón para poder luchar contra la covid-19, si no estoy vacunado mi cuerpo produce los anticuerpos y el sistema inmunitario empieza a formar las defensas en un periodo de dos a tres semanas. Mientras eso sucede el virus puede entrar en tu cuerpo y poner tu vida en riesgo”.

Hasta el momento no le han informado si debe vacunarse nuevamente con la fórmula Oxford/AstraZeneca, agrega.

Las vacunas salvan vidas y entre más tiempo tardes en ponértela más expuesta estará tu vida. La peor vacuna es la que no se pone.

“Tsunami de contagios”

Cuando todo parecía empezar a controlarse apareció la famosa cepa británica, una variante 50 % más transmisible, según un estudio realizado por el Imperial College de Londres.

En diciembre de 2020 muchas personas en el Reino Unido aprovecharon la flexibilización de las restricciones para reunirse con amigos y familiares, retomando de alguna forma algo de la normalidad que el virus se había llevado.

“En enero sufrimos un tsunami de contagios. Somos el quinto país con la mejor economía del mundo y nuestro sistema sanitario estuvo a punto de colapsar, estuvimos muy cerca de no tener camas para pacientes, casi a nada de vivir lo que está sufriendo actualmente la India. En Reino Unido moría una persona cada 60 segundos”.

Sobre ese hecho en particular el trabajador sanitario critica la gestión inicial que el primer ministro británico, Boris Johnson, le dio a la pandemia. “Me parece increíble que todavía en el Reino Unido tengamos los aeropuertos abiertos con las nuevas cepas. Hay países que deberían estar en cuarentena y no lo están. Hoy pasa, por ejemplo, que si vienes de India, tienes que pasar en un hotel en cuarentena por 14 días, pero la gente se salta eso haciendo escala en Turquía. Por esta razón llegan al Reino Unido sin ninguna restricción”. 

A pesar de ello, destaca el trabajo del gobierno británico con respecto a la adquisición de vacunas. 

Ve con ojos de optimismo que en Reino Unido se estén vacunando diariamente a cerca de medio millón de personas haciendo que “se le gane en una carrera contrarreloj al virus”.

“La gente está saliendo a la calle vacunada. Aunque las infecciones van a subir, son pocos los que están desarrollando síntomas tan graves que requieran hospitalización y esa es la clave porque creo que vamos a estar con este virus durante años y no se va a ir por completo, se quedará como una gripe”.

Mirada a Colombia

Con respecto a la situación del país, considera que acá se debe acelerar el proceso de vacunación porque “es imposible tener a todos encerrados en casa”. “Tenemos más de un año con esto y la salud mental también se ve afectada. Necesitamos que se llegue a la inmunidad de rebaño no de forma natural, sino con las vacunas”. 

Considera que el mundo, en general debe aprender de los errores del pasado y dice que la covid-19 puso un freno a ese ritmo tan acelerado y superficial que llevaba la sociedad. 

“Los valores antes estaban en quién tenía el último modelo de carro, celular, etc. Teníamos una  sociedad de consumismo que no nos permitía saborear la vida. Debemos volcarnos a un modelo de consumo responsable y pensar más en el impacto del hombre contra el medioambiente”. 

Por último, pero no menos importante, considera que tras esta pandemia se le debe dar más cabida al cuidado de la salud mental y emocional, tanto como se le da a la salud física.

Relato

En el libro ‘Destino y Esperanza’, Joan Pons narra su experiencia en primera línea durante los peores momentos de la covid-19 en Reino Unido; su decisión de presentarse como voluntario para probar la vacuna de Oxford; y cómo todas estas luchas le llevaron al agotamiento físico y mental.

Dice que con este texto quiere enseñar el trabajo de la enfermería desde adentro y la importancia de cuidar la salud mental en tiempos de dificultad.

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