El Heraldo
Orlando Amador
Sociedad

“Si no aprendemos a burlarnos de nosotros, viviremos amargados”

En su segundo libro ‘Si saben cómo soy para qué me invitan’ el periodista ahonda en los personajes de su familia presidencial.

Tras su exitoso debut como escritor con su libro Más allá de la familia presidencial, el abogado y periodista Felipe Zuleta Lleras, se aventuró a publicar un nuevo texto. Se trata de Si saben cómo soy ¿para qué me invitan?, una mirada a nuestra sociedad desde la familia presidencial.

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El nieto del líder liberal Alberto Lleras Camargo, dos veces Presidente de Colombia, y del diplomático Eduardo Zuleta Ángel, presidente de la Comisión Preparatoria de las Naciones Unidas, contó que escribió esta otra crónica sobre su vida debido a que como consecuencia del primer libro, varios de sus primos quedaron muy mortificados porque contó que su abuelo paterno, Eduardo Zuleta, había sido un hombre muy importante, muerto exilado en Miami. La razón es que le habían dictado una orden de captura por la presunta comisión de un delito.

“Ese era, hasta mi primer libro, el secreto mejor guardado de la familia. Tres de mis primos me mandaron una carta, protestando. Nunca la contesté, pero cuando la leí pensé, si saben cómo soy ¿Para qué me invitan? Si ellos no me dicen nada, seguramente no habría vuelto a mencionar al abuelo en este libro. A mi edad ya me da pereza casar nuevas peleas”, contó a EL HERALDO Zuleta Lleras.

A continuación se reproducen apartes de la entrevista concedida a esta Casa Editorial.

P.

Algo que impacta es la presentación del libro que la realiza su hija María Zuleta, ella cuenta la enorme brecha que había entre ustedes debido a su exilio en Canadá, solo comunicación por correos electrónicos ¿Cómo recuperó su cariño?

R.

Yo tuve que exilarme por 10 años en Canadá porque Romaña me mandó asesinar porque me oponía a la desastrosa zona de desmovilización de El Caguán que autorizó el incompetente de Andrés Pastrana. La comunicación no era tan fácil como lo es hoy. La distancia, así nos adorábamos, fue marchitando nuestro amor. Cuando volví al país me dediqué a recuperar a María, cosa que, por hoy funciona perfecto. Somos íntimos del alma y, además, es mi soporte permanente. La verdad me emocioné mucho cuando leí la presentación del libro pues descubrí en María una cualidad que desconocía: es gran escritora. Ella, sin duda, es una parte fundamental de mi vida.

P.

¿Cuál es su respuesta a quienes lo invitan a un matrimonio?

R.

No voy a matrimonios desde hace muchos años, pues creo como lo hacía mi abuela materna Berta Puga, “matrimonio y mortaja del cielo baja”. Cuando me invitan digo que a mi edad ya no quiero ser testigo de estupideces. Recuerde que uno no sabe con quién está casado sino hasta que se divorcia. Además, tiene la hartera de que uno tiene que negociar todo. Qué programa de Tv se ve, qué se come, a donde ir etcétera. Que pereza pasarse uno toda la vida negociando.

P.

Hay anécdotas muy particulares como la de su tío Felipe quien se hace el muerto al esconderse en un ataúd para no pagar una deuda y literalmente “se muere de la pena”

R.

Mi familia como casi todas, si no todas las familias, es disfuncional. Hay de todo. Locos, alcohólicos, depresivos (como yo). Suicidas (como mi padre), rezanderos, ateos, drogadictos, bueno de todo. Mi amigo Gonzalo Córdoba, actual presidente de Caracol televisión dice que “cómo serán de locos los Zuleta que Felipe es el cuerdo. La diferencia es que la mayoría de la gente prefiere dejar eso temas bien guardados. Yo por el contrario creo, que al contarlos se hace una muy buena catarsis. Si uno no aprende a burlarse de uno mismo seguramente tendrá muchas amarguras y resentimientos en el alma.

P.

Al referirse a la relación con su mamá (Consuelo Lleras) la dibuja muy fría, explica lo mucho que los corregía con sus modales en la mesa ¿Qué le quedó de ella?

R.

Sí, como he contado tuve una muy mala relación con ella. Hoy no la juzgo porque tuvo una vida muy mala. Pasó de la riqueza a la pobreza cuando mi papá nos abandonó. Tuvo dos pésimos matrimonios y le tocó trabajar muy duro para sacarnos adelante a mis cuatro hermanos y a mí. Era muy estricta con el tema de los modales y, yo quedé con esa rayadura. No resisto al lado a nadie que tenga malos modales.

P.

Dedica un capítulo a sus enfermedades, ahonda en su depresión ¿Cómo ha lidiado con ello?

R.

La depresión es una enfermedad de mierda. Yo la padezco hace muchos años y estoy medicado. Voy semanalmente a donde mi psiquiatra. Cuando la gente le dice a uno “no se deprima” no entiende que uno no se deprime porque quiere. La depresión es como estar en un cuarto oscuro sin salida. No le dan a uno ganas de nada y, en muchos casos, al menos en lo que a mí respecta de suicidarse. Yo lo he contemplado.

P.

Hace referencia a todos los presidentes colombianos que ha conocido ¿Cuál a su parecer ha sido el mejor y el peor que hemos tenido?

R.

Me pone usted en apuros. Este país por lo general ha tenido buenos presidentes. Han tratado de acertar. Los Lleras, los López, Gaviria. El peor de los últimos años ha sido Andrés Pastrana que le entregó el país a las Farc a cambio de nada. Lo que tiene de carismático lo tiene de incapaz

P.

¿Qué opina sobre el actual presidente Gustavo Petro?

R.

Es incapaz y demagogo. Se preparó 30 años para ser candidato y ni un solo día para ser presidente. Siempre me ha parecido funesto. Lleva un poco más de seis meses y la incertidumbre es enorme. Promete mucho y hace poco. Y lo peor es que le mete ideología a todo. Sus decisiones son más filosóficas que técnicas. Se presentó como el gobierno del cambio y está gobernando con los mismos.

P.

Me cuentan que ha vendido su apartamento en Barranquilla y que está recogiendo todo su dinero para marcharse del país ¿por qué lo hará?

R.

Es cierto. Me temo que este gobierno va a destrozar la economía y, la verdad, yo preferiría irme. Ya estoy muy viejo para hacer colas para comprar una libra de arroz. Petro es de lo peor que le ha pasado al país. Estoy seguro que el tiempo me dará, desafortunadamente, la razón.

P.

¿Tiene en mente algún nuevo libro?

R.

No. Creo que mi breve paso por la Literatura llegó hasta aquí. Ya tengo una hija, dos libros y, solo me falta, sembrar un árbol para “bajar tranquilo al sepulcro”. El ejercicio de escribir es apasionante, pero no creo que un tercer libro podría ser tan exitoso como los dos que he escrito.

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