E.T, el extraterrestre: 40 años de irse a casa
El clásico de ciencia ficción se estrenó en 1982. La película fue la más taquillera de la historia durante 11 años.
“Casa”, con su débil voz y poco lenguaje, E.T. le decía a Elliott, mientras señalaba hacia el cielo, que su hogar no estaba en la Tierra, que no era de este planeta. Quizá el lugar donde pertenecía y sigue habitando desde hace 40 años es en los corazones de quienes han visto esta obra cumbre de la ciencia ficción.
E.T. El extraterrestre no es solo una de las piezas cinematográficas más importantes del cine de su género, sino que a su vez supuso un hito a nivel comercial de la mano del ‘Rey Midas’ Steven Spielberg.
Las aventuras de los tres hermanos Elliott, Gertie y Michael comienzan cuando se encuentran un alien, deciden esconderlo, cuidarlo y ayudarlo a volver a casa, mientras Elliott va teniendo una conexión más allá de una amistad con él.
El largometraje tuvo su primer estreno en la edición del Festival de Cannes en mayo de 1982, y fue la última película en ser proyectada en la pantalla del antiguo Palais des Festivals. Por eso, en la edición de este año del famoso festival francés se hizo una proyección en el Cinema de la Plage de la versión remasterizada en 4k, para conmemorar las cuatro décadas de la cinta.
Ese estreno exitoso en Cannes solo fue un abrebocas para lo que sería a nivel mundial y hasta el día de hoy. La película destronó a La guerra de las galaxias del lugar como la película más taquillera.
Con un presupuesto estimado de alrededor de 10 millones y medio de dólares, a nivel mundial pudo recaudar una suma cercana a los 793 millones de dólares, consiguiendo así ser la película con mejor taquilla en la historia y ostentando ese reconocimiento por 11 años, en los que otra película de Steven Spielberg (Jurassic Park) ocupara su lugar.
Juan Pablo Osman, doctor en comunicación y docente de la Universidad del Norte, en diálogo con EL HERALDO habló de la importancia que tuvo E.T. para el cine, puesto que la película marcó un punto de inflexión en la ciencia ficción del séptimo arte.
“Spielberg, siempre se ha caracterizado por tener una mente infantil, en el mejor sentido de la palabra, no como algo despectivo, sino con esa imaginación, creatividad, visión, ilusión, proyección, claridad, que muchas veces los niños tienen y pierden cuando entran en la vida adulta”.
En esa característica especial del director radica, para Osman, la clave para que E.T. El extraterrestre se convirtiera en el gran fenómeno que ha sido desde hace 40 años.
“A nivel cinematográfico E.T. fue vanguardista en términos de utilizar la robótica y la postproducción digital en un momento que todavía no eran muy aplicadas en la industria cinematográfica. También fue muy creativo al poner los ángulos de la cámara en el punto de vista de los niños para identificar al público con ellos”, aseguró el docente.
Por su parte, Roberto Flores Prieto, director de cine barranquillero, apuntó que la película se introdujo en el imaginario colectivo de todas las personas.
“Su éxito radica en la capacidad de maravillar, sorprender, hacernos sentir ese asombro que siente uno de niño. Está tan presente como Pelé o Maradona”.
Asimismo, Flores Prieto destacó el discurso que tiene la cinta. “Es una película acerca de amistad entre diferentes que se aceptan con sus diferencias y creo que es importantísimo porque en ese sentido era ya un discurso que estaba vigente, pero que hoy lo está aún más, en la agenda temática y mediática en todas partes”, concluyó.
En Colombia, su estreno se dio en diciembre de ese año. Muchas personas se acercaron para ver la nueva propuesta de Spielberg.
Barranquilla no fue la excepción y los cines de la época se abarrotaron para ver al extraterrestre más popular del universo.
Iván Martínez fue uno de los que se acercó al extinto Teatro Metro, allí quedó cautivado y emocionado por la historia que se encontró. “Fui a ver una cosa y salí emocionado con otra cosa distinta”, comentó Martínez.
El hombre fue a ver la función cuando tenía 20 años. Hoy, a sus 60 años, recuerda que en ese momento se dio cuenta de lo sentimental que era la película. “Elliott acogió a E.T. y eso me hizo recordar que yo en ese momento también tenía una mascota escondida”.
Por último, Martínez agregó que aunque no ha vuelto a ver la película, le da nostalgia cuando ve algo relacionado con E.T. “Quiero volver a verla para analizarla y ver qué ha cambiado”.
Otra de las personas que tuvo la oportunidad de ir a cines en varias ocasiones y presenciar este evento fue María Teresa Galindo, quien se acercó al Teatro Metro y disfrutó del largometraje.
Recuerda Galindo lo llenas que se encontraban siempre las funciones del teatro, pues al quedar fascinada la primera vez que la vio volvió un par de veces más a la función de las seis de la tarde.
“La ternura de Elliott, la forma cómo aprende a cuidar a E.T., a quererlo, fue lo que más me gustó. Resultó muy emocionante, todos los que íbamos quedábamos emocionados”, comentó la mujer a EL HERALDO.
María Teresa hoy tiene 62 años, y al filo de sus 21 se acercó a ver la película y nunca olvidó lo que allí vivió. Por eso “la he visto muchas veces, tanto cuando se estrenó en cines como en televisión, me emociona todavía”, concluyó.
Como toda obra que en taquilla sea un éxito, los estudios muchas veces buscan la manera de seguir generando ganancias. Una de esas formas es el hacer secuelas, y con esta película no fue la excepción.
Luego de ver todo el impacto causado por E.T., Elliott y compañía, desde Universal Pictures, productora de la película, se empezó a idear una segunda parte que diera continuidad a la historia.
Steven Spielberg se reunió con la guionista Melissa Mathison y poco a poco las conversaciones sobre una secuela fueron tomando forma. Así, en julio de 1982, mientras E.T. seguía en salas, Spielberg y Mathison presentaron un tratamiento de nueve páginas.
E.T: Nocturnals fears fue el título tentativo para una segunda película que tendría un tono más oscuro, pues se basaría en la llegada de un nuevo extraterrestre, de nombre Korel, que llega buscando a E.T., cuyo nombre real es Zrek.
Korel y sus secuaces llegan a la Tierra para invadir todo lo que encuentran a su paso, de ahí que el tono sentimental y emotivo que tenía la primera parte iba quedando atrás.
Sin embargo, Spielberg decidió que la película nunca vería la luz y todo quedó allí.
“Las secuelas pueden ser muy peligrosas porque comprometen tu verdad como artista. Creo que una secuela de E.T. no haría más que robarle al original su virginidad. La gente solo recuerda el último episodio, mientras que el piloto se empaña”, mencionó el director en alguna ocasión.
El aclamado director, en su cine, y más en sus inicios, se ha mostrado como un fanático de la ciencia ficción y la llegada de seres de otros mundos a la Tierra.
Uno de sus primeros trabajos relacionado a extraterrestres es Firelight, de 1964, que trata sobre alienígenas que abducen a personas y animales para nutrir un zoológico espacial. Esta sería la ópera prima del director. Dicho film, del que Spielberg perdió casi todos los rollos de película, fue el paso previo para casi siete años después estrenar Encuentros cercanos del tercer tipo, que empezaría a marcar una tendencia en las películas del norteamericano.
