El Heraldo
Elkin Cabarcas Mora
Sociedad

El paparazzi barranquillero que persiguió 11 años a Shakira y Piqué

Desde España este fotógrafo se dedicó a seguirle  el paso al romance entre la pareja de famosos. Atesora imágenes desde la génesis de la relación hasta su ruptura.   

El día en que Shakira y Piqué anuncian su separación (el pasado 4 de junio), yo viajaba en un vuelo procedente de Lima, Perú, que hizo escala en México DF con destino a Madrid, España.

Al aterrizar en la capital española tenía en mi teléfono varios mensajes de mi editor en Londres. 

¿Sabes algo de esto? ¿Puedes conseguirlo? Me preguntaba, mientras adjuntaba un enlace con la noticia de la ruptura sentimental entre la afamada cantante y el futbolista del FC Barcelona.

Le contesté que no sabía nada porque justo estaba aterrizando en Madrid. 

Realmente fue una sorpresa para mí, jamás habría imaginado tal noticia.

Me quedé anonadado, recordando los 11 años que he fotografiado a Shakira y Gerard Piqué juntos y pletóricos desde el inicio de su relación, hasta el ocaso de su amor. 

Inmediatamente después tomé un AVE, una especie de tren veloz con dirección a Barcelona, para conseguir información de primera mano.

En ese trayecto de tres horas hasta capital de Cataluña recordé la primera vez que fotografié a Shakira y a Gerard Piqué, días antes de darse a conocer su romance, fue en abril de 2011 en primavera, cuando el calor empezaba a surgir en Barcelona. 

El paparazzi barranquillero Elkin Cabarcas intentado fotografiar a la pareja.

Era un día de sol, apetecía mucho salir a caminar, recorrer los parques y las calles cerca de casa.

Por esos días yo también empezaba una relación con mi actual esposa, Ruby, y decidimos tomarnos unas cervezas y comer en el bar Mirablau (El panorámico de Barcelona), ubicado cerca al Tibidabo. 

Al salir del bar, Ruby vio a Shakira en un Porsche Cayenne negro, y me dice sonriente –¡Mira, es Shakira, tu paisana!–.

No lo dudé ni un minuto, saqué mi cámara, mi otra compañera fiel, y empecé a disparar las primeras fotos. Volví a entrar al bar detrás de Shakira y Piqué, para hacer más imágenes de la pareja y así confirmar su relación. 

Así lucían en sus primeras citas.

Aquella situación casual resultó enorme, los nervios estaban a flor de piel y la adrenalina subía hasta más no poder. Y no era para menos, en mis manos tenía mi primera exclusiva.

En ese entonces no era un paparazzi y solo colaboraba para la Agencia Alemana de Prensa, cubriendo temas de actualidad y no de prensa rosa.

No sabía qué hacer con las fotos, no tenía idea de cómo era el mundo del entretenimiento y cuánto dinero podría ganar con ello. Así que tuve el impulso de escribir a EL HERALDO, el diario de mi querida Barranquilla.

Recuerdo que el propio Ernesto McCausland, editor en ese entonces de esta casa editorial, me respondió y se ofreció a comprarme las fotografías.

Una vez fueron publicadas en el periódico, hice un retweet de la noticia que se comenzó a regar como espuma.

Fue así como me empezaron a llegar varias propuestas de diferentes agencias de noticias para conseguir los derechos de las imágenes, y con ello inició mi carrera como paparazzi en España, algo que, reitero, ocurrió por mera casualidad, con las primeras fotos de Shakira enamorada nuevamente y publicadas en el diario más representativo de su terruño, una noticia que recorrió el mundo.

Saliendo de su casa en construcción.
Fabricando el álbum de la pareja

Al tratar de dormir en la butaca del tren, me fue imposible conciliar el sueño, a pesar de que llevaba 18 horas viajando, solo vino a mí la melancolía y todos los recuerdos de aquellos días azules. 

Fueron grandes momentos los vividos por esta pareja tan popular que tuve el privilegio de captar e ir creando algo así como una especie de álbum que ahora cobra “un valor histórico”

Uno de esos preciosos momentos ocurrió en noviembre de 2012, cuando Shakira quedó embarazada de Milan, su primogénito.

En esa ocasión la artista decide visitar las obras de su nueva mansión en Barcelona, ella salía de la casa de los padres de Piqué en la Costa Brava de Cataluña, en un Audi negro conducido por una amiga, mientras la interprete se deleitaba comiendo una naranja verde, algo propio de los antojos del embarazo. 

La pareja paseando en coche en 2013 a Milan.

Después de más de 40 kilómetros de viaje, Shakira llegó a Esplugues de Llobregat, el lugar elegido para construir su nuevo hogar, avalado en cuatro millones de euros.

Se bajó del Audi y entró a la casa en obra negra, se le veía feliz con los avances de la construcción. Inspeccionó cada tramo de la casa, con un casco puesto y al lado de su amiga. 

Posteriormente llegó Gerard Piqué, venía del entrenamiento en la ciudad deportiva del FC Barcelona. Me vio hacer fotos y subió al segundo piso para tomar una manguera y tratar de mojarme con agua.

Evidentemente le molestó mi presencia y quería que abandonara el lugar. Transcurrido un par de minutos la amiga de Shakira bajó para hacerme una advertencia: “Hola qué tal, dice Shakira que como hagas fotos de ella dentro de la casa te va a demandar”.

Me acerqué a su amiga, saqué mi cédula de ciudadanía colombiana, no sé muy bien por qué lo hice, en vez de sacar mi carné de prensa.

Le dije: –Mira, dile a Shakira que no estoy haciendo fotos de ella dentro de su nueva casa, que soy periodista; además, dile que soy de Barranquilla, que no tengo dinero y si quiere demandar a alguien, que demande a la revista que publique las fotos–. Así las cosas, su amiga le contó cada detalle de nuestra conversación y la reacción de Shakira fue maravillosa. Se empezó a reír como una niña y dijo: “Esa es la actitud, ese man sí es barranquillero”. Eso me lo contó después.

Luego bajó sonriente, se acomodó su pelo con un moño exprés y dejó ver su rostro sin maquillaje. Tomó de la mano a Piqué y lo hizo posar mientras salían de su casa para regalarme unas fotos, muy a pesar de que ese día Shakira no lucía su mejor aspecto. Así sonriente se despidió de mí, con un gesto cómplice (sonrió y me levantó el pulgar). 

Desde ese día hasta hoy ha pasado una década, Shakira y Piqué ya no están juntos, pero en el transcurso de su relación he ido fotografiando a la pareja en diferentes etapas de sus vidas: el primer cumpleaños de la pareja juntos, las primeras compras de Navidad, el nacimiento de Milan, el primer paseo en familia, tardes en el cine, de cena, llevando a sus hijos al colegio, sus días en el estudio de grabación y sus días en la playa.

El último recuerdo
En 2020 captó su último momento.

Las últimas fotos que tengo, en las que se le ve muy acaramelados a Shakira y Piqué, las pude captar un mes antes de que estallara la pandemia del coronavirus, en febrero de 2020.

Shakira acababa de triunfar en el Super Bowl bailando champeta y llevaba una semana sin ver a su familia, por lo que apenas llegó de Estados Unidos decidió acompañar a sus hijos (Milan y Sasha) a un entrenamiento deportivo en la escuela de fútbol del FC Barcelona. 

Fue un domingo en familia donde Shakira se montó en la espalda de Piqué, mientras estaban en el césped de la ciudad deportiva del equipo azulgrana.

El romance estaba a flor de piel. Nadie hubiese podido imaginar que dos años después anunciarían el final de su historia de amor.  

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