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El Premio Gabo 2025 no solo celebró las mejores historias periodísticas del último año en Iberoamérica, sino que también abrió un espacio para reflexionar sobre el papel del periodismo en las democracias. Un periodismo que denuncia abusos, pero que también visibiliza la resiliencia, la humanidad y la posibilidad de construir un futuro más justo.

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La noche de este sábado fueron entregado estos prestigiosos galardones que en su edición XIII, premiaron el buen periodismo, ese que informa con rigor, escucha con empatía y actúa con responsabilidad.

La ceremonia tuvo lugar en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán de Bogotá, durante el segundo día del Festival Gabo, la mayor celebración de las historias y la cultura en Iberoamérica, que se desarrolla en la capital colombiana hasta el domingo 27 de julio.

En el evento se dieron a conocer los cinco trabajos ganadores, uno por cada categoría del concurso: Texto, Cobertura, Imagen, Fotografía y Audio. Las obras fueron seleccionadas entre 2.135 postulaciones mediante un proceso en dos rondas, en el que participaron 70 periodistas, fotógrafos, escritores y productores de reconocida trayectoria en la región.

El periodismo de El Salvador se alzó con dos de los premios de la noche. Humo: Murder and Silence in El Salvador, un pódcast realizado por un equipo de 20 profesionales de ese país y México para Revista Factum y Sonoro. Con la narración del periodista Bryan Avelar, la serie parte del caso de un asesino serial para revelar una crisis más amplia, y documenta la inacción del Estado, la censura a la prensa –que derivó en el exilio de Avelar y muchos otros periodistas– y la transformación de un gobierno democrático en un régimen autoritario.

“Buscando a Mikelson: un apartheid en el Caribe”, del antropólogo y cronista salvadoreño Juan Martínez d’Aubuisson, publicado por Redacción Regional y Dromómanos, fue el ganador en la categoría Texto. El reportaje parte de un video en el que policías lanzan a un hombre desde un tejado y, a través de la búsqueda de esa víctima, revela el sistema de segregación racial que existe contra los haitianos en República Dominicana.

Otra historia situada en un país caribeño fue la ganadora de la categoría Imagen. En la caliente – Historias de un guerrero del reguetón, documental dirigido por el cubano Fabien Pisani, narra el surgimiento del reguetón en Cuba a través de Candyman, artista clave de este movimiento musical clandestino. La pieza explora cómo su obra canalizó el descontento de la juventud en los años noventa y expuso las tensiones entre la expresión cultural, la censura estatal y la crisis social en la isla.

La violencia contra personas migrantes también fue el eje de “Río Bravo, el caudal de los mil migrantes muertos”, ganador en la categoría Cobertura. El trabajo, liderado por Miriam Ramírez como parte de un equipo internacional de El Universal, The Washington Post y Lighthouse Reports, documenta cómo las políticas fronterizas de México y Estados Unidos han convertido la travesía por el Río Bravo en un trayecto mortal. A través de análisis forense, datos oficiales y testimonios a ambos lados de la frontera, revela cómo la militarización agrava los riesgos y criminaliza la movilidad humana.

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El trabajo ganador en la categoría Fotografía fue “Yolüja”, de la colombiana Fernanda Pineda, publicado por Baudó Agencia Pública. Este proyecto retrata la transformación espiritual y ambiental de La Guajira, en el norte de Colombia, a partir del paso del tren carbonero que atraviesa el territorio ancestral del pueblo Wayúu. A través de la historia de la familia Pushaina y la figura de Yolüja –espíritu maligno que encarna la amenaza minera–, la serie fotográfica muestra cómo el despojo impacta la salud mental, la espiritualidad y el entorno de esta comunidad indígena.

Los autores de los trabajos ganadores recibieron 35 millones de pesos colombianos, un ejemplar de la escultura Gabriel, del artista colombiano Antonio Caro, y un diploma con la ilustración Hilos, del bogotano Daniel Liévano.