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Ni la lluvia que cayó en la tarde de este sábado logró frenar el fervor mariano que se sintió por las calles de Barranquilla durante la novena edición de The Rosary Run, la peregrinación juvenil organizada por la Arquidiócesis, que este año se celebra en el marco del Jubileo de la Esperanza.

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Orlando AmadorEl recorrido giraba en torno a una carroza decorada como altar móvil, en cuyo centro reinaba la imagen de la Virgen María.

Aunque el evento inició con algunos minutos de retraso debido al clima, los feligreses no se movieron. La Parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, ubicada en la carrera 46 con calle 66, fue el punto de partida de la jornada.

En el templo se llevó a cabo un momento de adoración eucarística con la presencia masiva de jóvenes que portaban camisetas con la imagen de la Virgen María estampada en el pecho, y en la espalda un mensaje que sintetiza el sentir de la actividad: “María nos guía. Caminemos en la esperanza”.

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A las 5:50 p. m. inició el recorrido liderado por una carroza decorada como altar móvil, en cuyo centro reinaba la imagen de la Virgen María. El vehículo, cubierto por telas blancas nacaradas y flores naturales en tonos rosados y marfil, contenía una serie de luces que iluminaban la figura sagrada.

La imagen de la Virgen lucía un manto azul celeste y una túnica blanca. En sus manos, sostenía una camándula dorada.

Detrás, un tráiler con el ministerio de música Fuego y Vida de Soledad acompañaba el peregrinar con cantos vivos de alabanza, pero antes, el padre Andrés Andrade, coordinador del evento y delegado arquidiocesano de la Pastoral Vocacional, invitó a todos a rezar el santo rosario.

Las alabanzas se fueron apoderando del recorrido y en un momento de pausa se procedió a orar por la familia como signo de esperanza. Hogares golpeados por la enfermedad, la pobreza, la ausencia o la incomprensión, fueron traídos al centro de la plegaria en ese momento cargado de emotividad.

Orlando AmadorEl ‘The Rosary Run’ nació como una idea sencilla de salir al encuentro, rezar por la paz, caminar con María.

Una mujer, con los ojos cerrados y las manos apretadas sobre su pecho suplicaba por su familia, mientras su esposo sostenía en los hombros a su hijo de 4 años.

“Cuando el padre habló de esperanza en la familia, sentí que era Dios diciéndome: no sueltes, no te rindas. Esta oración nos abraza a todos los que estamos luchando por mantener unidos los pedazos para que nuestra familia no se separe”, dijo Carolina Guzmán.

Un caminar sagrado

El padre Andrés Andrade recordó que esta actividad se realiza como cierre del mes mariano y dentro del Tiempo de Familia, una iniciativa que promueve la vivencia de la fe en comunidad desde el 1 de mayo hasta el 15 de junio.

“Hacemos este recorrido con el corazón dispuesto, caminando con María, llenos de esperanza. Este no es un evento más, es una manifestación viva del amor que tenemos a la Madre del Cielo”.

El ‘The Rosary Run’ nació como una idea sencilla de salir al encuentro, rezar por la paz, caminar con María. Pero nueve años después se ha convertido en el reflejo de la fuerza que aún conservan los jóvenes creyentes en medio de un mundo que muchas veces parece hablar más de desesperanza que de fe.

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“Uno a veces siente que el mundo va en otra dirección, que la fe quedó atrás, pero cuando caminas aquí, con tanta gente joven, con música, orando el Rosario, entiendes que no estás solo. The Rosary Run es una manera de decirle al mundo que sí, que seguimos creyendo, que María nos acompaña, y que todavía hay esperanza”, expresó Juan David Cárdenas, un joven de 19 años que participó por tercera vez en la jornada.

En otro momento de la jornada, cuando el recorrido hizo una breve pausa, la oscuridad de la tarde barranquillera se iluminó con decenas de luces que titilaban desde celulares. Fue entonces cuando se escuchó en coro: “¡Esta es la juventud del papa!”.

Orlando AmadorLos jóvenes portaban camisetas con la imagen de la Virgen María estampada en el pecho.

Un audio del fallecido papa Francisco se escuchó por los altavoces. Y es que la cercanía del pontífice por la juventud siempre fue genuina: “Conozco el corazón de ustedes, veo sus corazones y hoy les digo: no tengan miedo, no tengan miedo. Anímense, no tengan miedo. No olviden rezar por mí”.

Al finalizar el recorrido en la Catedral Metropolitana María Reina se vivió un momento especial con un concierto mariano a cargo de los ministerios de música Laus Sacro de Santo Tomás, Fuego y Vida de Soledad, y Voces de Dios de Sabanagrande, que le pusieron el toque musical para cerrar una tarde de fe, oración y comunión.