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Los amantes del cine de acción seguramente tienen en su podio a Sylvester Stallone, director, productor y actor de cine neoyorquino que brilla en el firmamento de las estrellas hollywoodenses. Dice que son pocas las decisiones que se arrepiente haber tomado en su vida, que como en sus filmes, tienen una fuerte dosis de adrenalina y sacrificios.

El rudo hombre que conquistó al mundo con los puños de Rocky Balboa o la ametralladora M60 que empuñó para encarnar al militar John Rambo, celebró sus 75 años esta semana (6 de julio). En este tiempo solo se ha disculpado por dos actos negativos: su participación en la película pornográfica El semental italiano (1970) y algunas de sus relaciones fugaces con 'una que otra modelo'.

Stallone, además de librar duras batallas en las 60 películas en las que ha participado, debutó en paños menores y según le confesó a la revista Playboy, lo hizo para pagarse las clases de arte dramático, ya que su situación económica era precaria y solo contaba con 20 dólares en su cuenta bancaria.

Pero ese tipo de películas para adultos no las volvería a filmar porque un año más tarde se toparía con Woody Allen en la cinta Bananas. Ahí interpretó a un delincuente que despertó buenos comentarios en la crítica.

Le siguieron apariciones en la serie Kojak, y realizó castings para los papeles de Carlo Rizzi y Paulie Gatto de la exitosa cinta El Padrino, en la que fue descartado.

Lo anterior no lo amilanó, por el contrario lo llevó a tomar nuevos rumbos y se dedicó a escribir guiones. La fama le llegaría a los 30 años con Rocky (1976), una historia que escribió en solo tres días tras ver el combate que el 24 de marzo de 1975 protagonizaron Muhammad Ali y Chuck Wepner.

La historia sedujo a muchos que intentaron comprársela con la única condición de que le cediera el protagónico a otro actor, pero rechazó de tajó todas las ofertas hasta que una productora (Chartoff-Winkler Productions) le permitió meterse en la piel del aguerrido pugilista. El resto es historia...