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Salud

Conozca las causas y tipos de anemias

Expertos señalan que no se trata únicamente de un déficit de hierro. Además brindan recomendaciones y datos claves de esta afección. 

“Anemia no es igual a deficiencia de hierro”. Con esta frase el hematólogo Alfonso Ardila explica que el concepto de anemia va más allá de lo que muchos piensan y asocian.

Es la causa más frecuente y común de la anemia, pero no la única. “Hay muchas otras causas, enfermedades o condiciones que pueden causar anemia, por eso no se puede asociar 100% la deficiencia de hierro con anemia”, indica el galeno.

La definición de anemia, indica Yathy Jiménez Castillo, hematoncóloga pediatra, se basa en que es “una situación biológica en la que la concentración de hemoglobina o el número de glóbulos rojos están disminuidos teniendo en cuenta valores considerados como normales para cada edad. Por pérdida, por aumento en la destrucción o por alteraciones en la producción”.

Existen varias formas de enfocar las anemias, pero los hematólogos lo hacen dependiendo del tamaño del glóbulo rojo, lo cual se puede observar a través de un hemograma. “Si es chiquitito nos orienta al déficit de hierro o por ejemplo a algunas alteraciones genéticas como anemia falciforme, hemoglobinapatía, que en nuestra región son bastante frecuentes”, explica Ardila.

Si el glóbulo rojo por el contrario está grande, se piensa en la anemia megaloblástica y la causa más frecuente es el déficit de vitamina B12 o ácido fólico. “Estas condiciones se dan en las personas que no se alimentan bien, que son operadas por obesidad o consumen licor”. También hay anemia en el hipotiroidismo y cualquier otra condición de anemia que causan glóbulos rojos de tamaño normal que se dan en pacientes con enfermedades crónicas o que están en procesos de diálisis.

En el caso de los más pequeños, advierte Jiménez, los síntomas son inespecíficos “porque puedes tener palidez, fatiga o sueño por otras enfermedades”, además que es progresivo. “Vas viendo síntomas a medida que la hemoglobina está por debajo de 8 o 7.5, a veces no presentan nada”.

El miedo más frecuente cuando consultan los papás, dice la especialista, “es que la anemia se vaya a convertir en una leucemia o una enfermedad maligna”.

-El hemograma es el arma más “simple, barata y completa” para diagnosticar la anemia, coinciden ambos especialistas adscritos a la clínica Portoazul. La recomendación es realizarse por lo menos una vez al año uno para indagar de forma completa todos los estudios sanguíneos. 

-La anemia más frecuente en pediatría es por deficiencia de hierro, advierte Jiménez. Existen unos primeros pasos previos al hemograma que ayudan a su diagnóstico: “Le notas las escleras (parte blanca de los ojos), no tanto la piel porque hay algunas personas que son normalmente pálidas. Le haces presión en la punta de los dedos y no se pone roja nuevamente, los labios por dentro se ven pálidos. Pero hay que tener claro que todo se corrobora con un hemograma, el examen más simple y económico que hay”.

-En la Costa Caribe y Pacífica de nuestro país hay un tipo de anemia considerado enfermedad pública, cuenta Jiménez. Se trata de la anemia de células falciformes que “antes se pensaba que solo afectaba a personas de tez negra, pero no es así. Muchos niños fallecen por ignorancia de la parte médica y tenemos índices altísimos”.
Se trata algo hereditario y se manifiesta a partir de los seis meses. “Son glóbulos rojos que no son sanos, adquieren la forma de una medialuna y se rompen (hemolización)”, indica Jiménez. 

-El hierro es la molécula más importante para mantener un buen nivel de hemoglobina y evitar la anemia. Este, explica Ardila, lo encontramos en varios alimentos, pero la fuente más importante es la carne roja y los productos de la vaca, “son los alimentos que más hierro tienen y a la vez el que más se absorbe. Vegetales como la espinaca tienen también, pero el porcentaje que se absorbe es mucho menor. Las legumbres son otros alimentos que tienen un buen porcentaje de hierro y se absorbe en buena cantidad”.

El médico señala que “no solo la alimentación es suficiente, hay que preguntarse si además el paciente tiene un problema en la absorción, porque consuma lo que consuma, si tiene un problema de absorción de hierro el tratamiento es otro”. Por tanto, el primer paso es determinar el tipo de anemia, la causa y escoger el mejor tratamiento.

-Batidos de múltiples ingredientes que según los padres sirven para aumentar las cifras de hemoglobina, como teteros cargados de lenteja, pimentón y alimentos rojos son parte de los mitos que llegan al consultorio de la especialista Jiménez. “Lo más importante en un niño es que al nacer reciba leche materna por lo menos hasta los seis meses, eso evita que tengan anemia precozmente. Luego con la alimentación complementaria se hace una variación de alimentos y va de la mano”, dice.

-La anemia es un síntoma, no es una enfermedad como tal, manifiestan los expertos. Lo que quiere decir este síntoma es que algo está pasando en el cuerpo y hay que ir a buscar la causa, que pueden ser múltiples y algunas mucho más graves. Por tanto, sostienen que “anemia no siempre es equivalente a déficit de hierro” y se debe estar atento a las señales. 

-La anemia aguda, explica Ardila, es aquella que se dispara en el cuerpo de manera abrupta en un par de semanas. “Se siente un cambio brusco en la parte física, agotamiento y palidez”.

La pérdida de gran cantidad de sangre puede ser el desencadenante. 

“Cuando hay este tipo de anemia hay condiciones delicadas: hay sangrado y puede existir leucemia aguda”, apunta Ardila.

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